"Muchas veces me pararon en la calle y me dijeron que gracias a “Algo contigo” se habían casado, enamorado y tenido hijos; y también otros me dijeron que por culpa de esa misma canción se habían separado", aseguró el querido Chico Novarro entre risas y demostrando que nunca perdió el buen humor y su simpatía.
Pero ese no fue su único éxito o canción que modificó la vida de muchos. Muchísimas de sus canciones se convirtieron en clásicos de la música nacional y fueron y son reversionadas por artistas de toda Iberoamérica. Chico fue un prolífico creador que abordó una amplia variedad de géneros, desde boleros y baladas hasta temas más bailables. Entre sus composiciones más icónicas se encuentran "Algo contigo" y "Cómo", ambos éxitos inmortalizados por la voz de Luis Miguel. Estos temas no solo consolidaron su posición como compositor de renombre, sino que también dejaron una marca profunda en la música popular.
Chico Novarro fue músico, baterista, compositor, letrista, cantor y actor. Escribió más de setecientas canciones, obras de teatro y música para películas y shows. Se caracterizó por moverse con comodidad en terrenos bien diferentes de la música, especialmente en ritmos como el bolero y el tango, pero también en el jazz, el rock, la cumbia y el pop.
Su verdadero nombre fue Bernardo Mitnik. Nació el 4 de septiembre de 1934 en la ciudad de Santa Fe. Su padre fue Albert Mitnik, un zapatero originario de Ucrania, y su mamá Rosa Lerman, de ascendencia judío-rumana. Su papá Alberto, era proveniente de Ucrania, y su mujer (Lerman), una judía rumana. Ambos vinieron en 1923 a la Argentina con sus dos hijas mayores. La Primera Guerra Mundial los había juntado cuando él, como soldado del zar, había llegado hasta el pueblo rumano de Marcolés. Ya en la húmeda Santa Fe, donde nacieron tres niños más, entre ellos “Chico”. Como Bernardo era asmático, cuando tenía doce años toda la familia se marchó a Deán Funes, en el norte de la provincia de Córdoba, en busca de un clima más seco.
Su madre cantaba en la casa canciones en idisch, y contaba que su padre cantaba tan bien y tan fuerte que lo podían escuchar desde otras aldeas. Chico, queriendo emular al abuelo, comenzó cantando tangos en su casa. Cantaba casi a los gritos “Remembranza” o “Alma de bohemio” sentado con su hermano en el cordón de la vereda, como lo relató en su tango.
Se sentaba con sus hermanitos Samuel y Fanny en la vereda a cantar tango ayudándose con algún ejemplar de El Alma que Canta. Eran los mismos tangos que por las noches escuchaban en las grandes cadenas radiales de la época. En aquella casa de la infancia de la ciudad de Santa Fe, al borde de una calle de tierra, el padre atesoraba discos de Carlos Gardel, Rosita Quiroga y Francisco Canaro. Aquel absoluto reinado del tango terminó para Bernardo Mitnik el día en que su hermano se apareció con una batería y lo introdujo en el mundo del jazz, empujado por la admiración hacia Gene Krupa. Para ese ambiente Bernardo sería Miki Lerman.
El gran cantautor toda la vida quiso ser músico: “"Mi hermano me influenció en el amor por la música. Él era mayor que yo, un tipo muy entusiasta y todos los días venía a casa con una idea nueva. En mi Santa Fe natal gusta mucho el candombe y la música derivada de las murgas, maravillosa y nos entusiasmamos, pero en el fondo nos gustaba la buena música de jazz. Yo tendría apenas 10 años cuando empecé a estudiar en el Liceo Municipal de Santa Fe, donde todavía se aprende buena música. Después nos mudamos a las sierras de Córdoba, donde tuve muy buenos maestros y me hice músico profesional. Recién empecé a escribir a los 30 años. Hubiera preferido quizá ser más músico, haber tenido un estudio más completo de algún instrumento. Estudié, es verdad, pero no en la medida que hubiera querido. “Aseguró el músico que siempre intentó superarse.
Pero el padre quería que fuese perito mercantil, y que después estudiase para médico. Y Bernardo ingresó al colegio comercial y fue empleado de contaduría en Córdoba. Pero pronto quedó demostrado que Bernardo podía ganar mucho más dinero como músico, que con la contabilidad. Fue así que, a ritmo de mambo, llegó a Buenos Aires por primera vez en 1951.
"Cuando llegué a Buenos Aires ya era músico y con Mike Rivas, mi hermano de la vida, tocábamos en un boliche del bajo de Buenos Aires. Apareció la posibilidad de grabar un disco y el productor me dijo que tenía que escribir algo mío. El primer tema que compuse fue el último de un long play y se llamaba “La ley”. Me dijeron que tenía que registrarlo y yo no tenía idea. Al mismo tiempo, un productor del El Club del Clan, Ricardo Mejía, nos dijo que teníamos una linda banda, pero había que bautizarla y se le ocurrió ponerle Los Novarro porque en Venezuela había dos hermanas que se llaman Las Navarro y tenían mucho éxito. Y un poco como cábala, aunque ya teníamos éxito porque todo lo que hacíamos gustaba, nos llamó Los Novarro. A mi compañero, socio y amigo Raúl Boné, que medía como dos metros, le dijo: “Vos serías Largo Novarro y a vos no te queda más que ser Chico”. "Bueno, dije, total, a mí lo que me interesa es el jazz". Empecé a ganar plata como Chico Novarro y el jazzista quedó atrás. Con el jazz nunca hubiese conseguido lo que conseguí con la música popular.
Después apareció el bolero porque conocí a músicos cubanos que estaban relacionados con el jazz y me encantó ese mundo con artistas importantes, compositores muy serios. Así empecé a meter los primeros boleros con gusto a jazz. Todavía hoy se están descubriendo algunos temas que compuse hace 40 años.
En los años cincuenta integró la Montecarlo Jazz (de Córdoba), la Orquesta Argentina de Jazz, la Orquesta de Don Roy, las orquestas de Lucho Gatica, Daniel Riolobos y Arturo Millán, el grupo Swing Timers, la Agrupación Nuevo Jazz, y tocó con músicos como Jorge Navarro, Santiago Giacobbe, Gato Barbieri y Rodolfo Alchourrón.
Chico formó parte del legendario Club del Clan, poco tiempo después de instalarse en Buenos Aires en el barrio de Boedo, un programa televisivo musical que marcó una época en la Argentina de los años '60. Junto a otras figuras destacadas de la música, como Violeta Rivas, Palito Ortega y Johnny Tedesco, Chico Novarro fue un rostro familiar en los hogares argentinos,
Entre los años setenta y ochenta Chico Novarro se incorporó al tango, y junto a Eladia Blázquez conformaron un dúo que acaparó elogios, premios y el reconocimiento del público y la crítica. En aquella época surgieron gran parte de sus tangos más recordados, como Cordón, Cantata Buenos Aires, Un sábado más, El último round y Sueño de cupé.
A principio de los noventa nació el éxito teatral Arráncame la vida, musical que protagonizó en una primera etapa junto a Andrea Tenuta y luego junto a Silvana Di Lorenzo. Su carrera siguió, continuó escribiendo canciones siempre y su humildad lo llevaba a no sentirse “tan inmenso” como el mundo lo veía.
Al preguntarle su mayor logro en la vida, el querido Chico contestó: "Lo más lindo es haberme consagrado como padre y abuelo. Lo mejor que tengo es mi familia. Agradezco infinitamente que mi trabajo sea reconocido, eso también me da mucha felicidad"
Dueño de un carisma especial y un humor inconfundible, Chico Novarro conquistó con sus canciones a varias generaciones de nuestro país y el mundo. Dejó un legado de canciones, que como a él, nunca se olvidaran. Aquí su vida y su historia en su propia voz.
