Desde muy chica supo que el bailar era su camino. Su profesora le dijo que no llegaría a nada por ser muy alta y tener pie plano. Lejos de desanimarse, tomo impulso y continúo. Después de mucho sacrificio y cuando lo había logrado todo, una lesión en el "Bailando", la alejo de la danza y la obligó a reinventarse. Su vida, su carrera y su fuerza la convirtieron en un gran ejemplo de lucha y superación. La lesión que la alejó de continuar siendo la bailarina que siempre soñó fue lo más duro: “A lo duro del tratamiento físico, se le sumó el factor psicológico. ‘Las rodillas que te dieron mamá y papá ya no las tenés’, me dijo el doctor tratando de hacerme entender que nunca más iba a poder bailar como yo estaba acostumbrada a hacerlo. Fue llorar, llorar y llorar. En un momento caí en depresión, no de quedarme tirada en la cama, pero si de una situación anímica difícil. Tomé conciencia pero no tanto. Porque, en mi cabeza, yo tenía la idea de que, con esfuerzo, en algún momento iba a poder volver a lo mío. Pero, a medida que fue trascurriendo el tiempo, me fui dando cuenta de que no iba a ser como yo creía. Como tengo un injerto, neuronalmente no me llegaba la información de cómo caminar. Así que arrastraba la pierna. Imaginate que yo, que la levantaba como quería para bailar, de repente no podía moverla ni cinco centímetros arriba del suelo porque no me respondía. El cerebro daba la orden, pero el físico no la podía ejecutar. Fue terrible. Pero, al mismo tiempo, agradezco la tenacidad que me dio la vida para afrontar todas las situaciones difíciles. Cada uno tiene sus batallas. Pero la verdad es que a mí me ha pasado de todo, desde que era chica... A veces le digo al de arriba: ‘Ya está, tirame un centro’. Soy una mina laburante y tranquila, que ayuda a todo el mundo desde su humilde lugar. Pero, en estos últimos años, fueron las operaciones, la rehabilitación, la separación, el dengue, el covid, la pérdida de mi papá, Teo, el asalto a mano armada del que fui víctima... Fueron muchas cosas, pero para mí no es opción quedarse lamentando. Respiro, tomo fuerzas y sigo adelante. ” Señaló la artista.
Obviamente, con el tiempo Laura intentó volver al ruedo, pero sus piernas le dijeron que no: “A los dos años quise bailar, pero las rodillas me hacían juego. Entonces me di cuenta de que ya no puedo saltar, no puedo girar ni puedo ponerme en cuclillas. Es todo muy desgastante en lo emocional, más que en lo físico. Porque, para mí, es muy frustrante tener tanta energía y no poder canalizarla en el baile. Hoy la canalizo en mis proyectos, en el streaming, en poder motivar a mis alumnos y a la gente. Los obstáculos en la vida son para superarlos y aprender. No me quedo quieta, siempre estoy mirando para adelante. Obvio que todo cuesta, los imprevistos duelen... Pero si vos tenés voluntad todo se logra o sirve de experiencia. Hasta tuve que volver a aprender a caminar. Ya no puedo volver a bailar. Yo soy así, o lo hago 11 puntos o no lo hago más. Ya no puedo saltar, ni girar, como te dije y me costó entenderlo. En mi cabeza quiero hacerlo, pero el cuerpo no me dá. Las rodillas que tenía ya no están y hoy intento, con todo lo que pasé, poder motivar a los demás a cumplir sus sueños o vivir una vida mejor.” Aseguró.
Laura comenzó a bailar a los 3 años y a los 10 tuvo claro que se iba a ganar la vida bailando. A los 15, se recibió de profesora superior de danza y a los 16 ya daba clases de baile a las más chiquitas: “Vengo de una familia bien humilde. Y aunque desde los diez años tuve claro que me iba a ganar la vida bailando, jamás imaginé que llegaría tan lejos. Recuerdo cuando mi profesora me dijo que nunca iba a llegar porque tenía pie plano y era muy alta para ser bailarina. Primero se me cayó el mundo, después siempre tuve la certeza que con esfuerzo y disciplina iba a lograr vivir de lo que quería. Los obstáculos y el rechazo me hicieron más fuertes. Muchos me dicen que hice muchos sacrificios, yo les digo: ‘Sacrificio, no. Esfuerzo.’ Y es placentero si lo haces por algo que amas.”
Laura Cecilia Fidalgo, es su nombre completo. Nació en el Barrio de Flores y así cuenta su propia historia: “Soy una mujer de acción más que de palabra y sé que vine a esta vida a solucionar, pero también entiendo que es uno quien se pone en ese lugar. De muy chica quise sacar adelante a mi familia, mi mamá, mi papá y mi hermano, que siempre fueron número uno en mi vida. Mi objetivo siempre fue salir adelante para darles todo lo que anhelo. Mi mamá es una trabajadora de toda la vida, tenía un negocio polirrubro en el que vendía mercería, bazar, perfumería, de todo. Y mi papá fue radiólogo en YPF y además fue un gran jugador de básquet. En los 70 mis padres tenían una heladería en San Telmo, de la distribuidora de helados Macri, hasta que nos agarró el Rodrigazo y perdimos todo. Tuvimos que empezar de cero. De ellos aprendí la cultura del trabajo y la no deuda. Siempre los veía trabajar las 24hs, todos los días. ‘No hay, no se come’. Nada de pedir prestado. Eso me marco muchísimo en mi vida. Con Los años puede ayudar a mis viejos y hasta hice un desnudo en la revista Interviu de España para poderles terminar la casa.”
La historia de cómo logró la tapa de Interviu, merece un capítulo aparte: “Yo estaba en Europa convocada por Lino Patalano junto a Hernán Piquín y no tenía un peso. Para cobrar el trabajo que habíamos hecho teníamos que esperar. Le pedí a Lino que me bancara una semana más de hotel, sino me quedaba en la calle. Le pregunte a una amiga cual era la revista más importante de allá, ella me dijo: ‘Interviu’ que era la que mejor pagaba y salí corriendo al kiosco a comprar una. Me fije en la revista, la dirección y quien la dirigía, me tomé el subte y allí fui. Llegué a la editorial y les dige que quería ver al director de la revista. Les digo: ‘Yo soy la mejor bailarina de la Argentina’ jajaja. Me hacen pasar y me vendí con todo. Yo era mi propia manager. Era Lizza Minelli y Madonna juntas jaja. Le mostré quien era, que había hecho y le dije que quería hacer esa tapa. Sin dejarlo ni hablar, ni respirar, giré y le puse una pierna en la pared. Le seguí hablando con la cabeza puesta en la pierna. El tipo habrá dicho esta piba está totalmente loca. A mí no me importaba, era a todo o nada. Yo pensaba: ‘los ladrillos, los ladrillos. El albañil. Voy a terminar la casa como sea.’ Doy otro giro, me abro de piernas y le digo: ‘Yo te hago la tapa con medias de red, zapatillas de puntas…Yo te hago la producción. Vos me das el dinero y yo me encargo. No lo deje hablar. Era una ametralladora. Y de repente me dijo: ‘bueno’. Salí de ahí y me sentí Manu Ginobili ganado la NBA. Así conseguí la tapa y les termine la casa a mis viejos. Todavía le agradezco a la virgen de San Nicolás, de la que soy muy devota.”
Hablando de su fe asegura: “A mí se me apareció la virgen cuando tenía 10 años y siento que tengo un ángel que me cuida. Tenía el manto blanco, luminoso, no sé qué virgen era. Estaba durmiendo en el cuarto que compartía con mi hermano. Me desperté y me quedé mirando el techo; a la mano derecha tenía una ventanita desde la que veía el patio de mi casa. Y en eso vi una imagen que fue apareciendo desde los piecitos hacia arriba, hasta la cabeza. Era la virgen con las manos juntas y me hacía un movimiento con la cabeza, como afirmando. Empecé a gritar que tenía a la virgen encima mío, mi hermano me decía que me callara porque quería dormir. Mi mamá vino corriendo, pero la virgen desapareció, esta vez de arriba hacia abajo. Nadie más la vio. Le contamos a la Hermana Silvina de la Misericordia, donde yo iba a la escuela, y nos dijo que era un súper mensaje, que iba a esa protegida toda la vida. Y realmente lo siento así. Zafe de muchas muy feas, hasta me dieron por muerta en Crónica por un accidente terrible que tuve en la ruta. De chica iba sola en bicicleta a todos lados y gracias a Dios y a la Virgen jamás me pasó nada.”
“Yo fui a Nuestra Señora de la Misericordia de jardín a 5º año, mi hermano al Colegio Marianista de jardín a 5º año. Íbamos al club, a inglés particular, yo a danza, mi hermano a rugby, pero todo con un gran esfuerzo familiar. De chica tenía muchísima energía y mi mamá me mando primero al club y a hacer baile para que descargue, así descubrí mi vocación. Ahí fue que mi profesora de baile me dijo que por más que me gustara mucho bailar, no iba a llegar a ningún lado, que no iba a poder. ‘Tus condiciones no te ayudan. Sos muy alta y tenés pie plano.’ Lloraba durante horas, pero después quería volver igual. Siempre supe que este era mi camino. A los doce pasaba por las marquesina de los teatros y le decía mi mamá: ‘Mami mira cuando este ahí. Cuando este empapelado todo el país con mi nombre’ y mi mamá, lejos de desalentarme, me decía: ‘Vos vas a lograr todo lo quieras. Todo lo que te propongas, lo vas a lograr’. Me hacía escribir afirmaciones de lo que quería. Me decía: ‘Pensá lo que queres. Soñá a lo grande’. Escribía afirmaciones y las decretaba. No desde la duda. Desde la convicción de lo que quería y que lo iba a lograr. Seguíamos mal económicamente, pero siempre teníamos un objetivo adelante. Con mi hermano lográbamos que nos dieran media beca, mi mamá siempre nos tenía impecables y buscábamos la forma de reemplazar las carencias de lo que no teníamos. Me iba en bicicleta a tomar clases al Centro Cultural Roca, al San Martin, que daban clases gratuitas… No podía seguir la dieta que correspondía, la reemplazaba con atún. No tenía los aparatos que necesitaba para entrenar, los hacía con lo que tenía a mano o le pedía a mi papá que me los fabricara.”
“Mamé eso de ponerme la vida al hombro y remar, pero siempre con una sonrisa. Admiro mucho a mi mamá, que es muy optimista, me inculcó mucho la metafísica desde muy chiquita. Ella siempre me dijo: ‘vos podés’. Me escribía papelitos motivacionales por toda la casa, me hacía escribir afirmaciones y decretar, leer libros de Louis Hay... Yo tenía un cuaderno que guardaba debajo del colchón y escribía lo que deseaba, siempre a lo grande. Mi mamá me decía que me visualizara cómo me gustaría verme, y yo le decía que en las marquesinas, vestida así, maquillada de esta forma. A la noche rezaba, escribía en un cuaderno, agradecía y lo ponía abajo del colchón. Es clave como motivás a tus hijos, las palabras que decis, la confianza que les trasmitís… Jamás decirles esto no es para vos, no servís… un mal consejo, una palabra que te tire para abajo, te puede frustrar para toda la vida.” Recalcó Fidalgo.
El primer trabajo que le dio popularidad fue de la mano del gran Enrique Pinti y así lo recuerda: “Estoy hace más de 30 años en el medio y, con Enrique hice Pinti canta las 40 y el Maipo cumple los 90, me conocieron masivamente. Antes de que Lino Patalano me descubriera y me llevara a trabajar con Pinti, trabajé en Tato de América, en Good Show, en Jugate con todo, en Badía y compañía, Sábados de fiesta con Berugo Carámbula. También fui modelo de Pancho Doto, coreógrafa de Emanuel Ortega, de Oscar Colombo y durante cinco años fui bailarina del Teatro Roma de Avellaneda. Ahí tenía 19 años. Vivía en Flores, me tomaba dos colectivos e iba al Teatro Roma y ensayaba todo el día. Salía a las 6 de la tarde, me tomaba dos colectivos y me iba a dar clases a un estudio en Caballito. Salía e iba a Belgrano a trabajar en telemarketing ofreciendo servicios de emergencias durante dos horas. Volvía a Flores con dos colectivos, mamá me esperaba con la comida, me bañaba, cenaba y al otro día otra vez lo mismo. Eso lo hice durante cinco años, paralelamente era modelo de Pancho y los fines de semana desfilaba en boliches y showrooms. Tengo mucha vida previa a ser popular. Hoy siento que tengo mil años de vida, como muchas vidas vividas. Después surgió lo de Pinti y fue un boom total, luego muchas obras de teatro. Estuve en Francia, en el Moulin Rouge; en Brasil, en México y en Uruguay representando al país.”
Y, como si todo esto fuera poco, llegó al famoso Moulin Rouge: “Si, fue hermoso, aunque estuve muy poco porque quedé como vedette, pero yo ya tenía una carrera hecha acá. En ese momento me llamó Néstor Montalbano para hacer la película ‘Soy tu aventura’, con Luis Luque, Diego Capuzzotto y Jorge Marrale. Cuando terminé viajé con Hernán Piquín a Madrid para hacer un espectáculo y aproveché para ir a Francia a audicionar para el Moulin. Fue una odisea, porque tenía que juntar plata para poder hacer el viaje. Ahí se me ocurrió ir a la revista Interviú para hacer una tapa. Me vendí como la mejor vedette y bailarina de la Argentina y como carta de presentación tenía una nota publicada en el diario por el espectáculo con Piquín. Todo fluyó, lo logré, me pagaron 15.000 euros y con eso fui a Francia. Éramos 30 personas audicionando y quedé con otras tres, de Italia, España y Estados Unidos. Ahí decidí que no me quedaba a vivir porque no quería empezar de cero. Es bárbaro el Moulin pero a nivel talento los argentinos la rompemos. Decidí volver porque ya tenía 28 años y mi caminito hecho acá.” Rememoró Laura.
Fue Bailarina de ¨Tato de América¨ con Tato Bores; ¨Badía y compañía¨ con Juan Alberto Badía; y ¨Jugate con todo”. Modelo de la agencia Pancho Dotto. Vedette del Maipú. Fundó su propia compañía de baile. En Francia trabajó en el histórico teatro ¨Follies Bergere¨ de París. En España fue convocada por la marca ¨Triunf¨ como la vedette más prestigiosa de la Argentina. Triunfo en Europa. Fue Bailarina en el famoso ¨Moulin Rouge¨ de París y tapa de Interviú en España Fue elegida por la productora Ideas del Sur, para representar a Argentina en el Primer Campeonato Internacional de Baile: “Muchos chicos de ahora te ven y porque no estás en instagram todo el tiempo, dicen: ‘Esta que hizo?’. Todos los días agradezco a Dios. Logré muchísimo, pero postergué un montón de cosas por dedicarme a mi carrera a y a mi familia. Pero lo elegí. No hay quejas. Por eso soy una agradecida. Si supieran todo el esfuerzo…por momentos pase por dolores físicos muy fuertes, pero seguí adelante. A mí no me regalaron nada, todo lo hice a base de buscar y buscar y por el camino correcto. La gota en la piedra. Muchas veces audicionaba por dos meses y después venía una chica que no había de donde caía, de un paracaídas, y se quedaba con el papel. Me iba a mi casa llorando, pero después entendí que todo es aprendizaje y esperaba la próxima audición.”
“No me quedo quieta. Busco, busco… soy una busca nata. Obvio que todo cuesta, los imprevistos duelen... Pero si vos tenés voluntad todo se logra o sirve de experiencia para lograrlo lo más adelante. Amo lo que hago y creo que en todas las vidas voy a elegir el arte porque es mi salvación. Creo en la reencarnación y que todo está escrito, desde que llegás hasta que partís. Nadie se imagina el esfuerzo que me costó todo. A veces pienso en todo lo que hice y me doy ternura, como que necesito acariciarme. Yo he ayudado a un montón de gente desde el amor, muy calladita y sin hacer marketing. Te puedo gustar o no, pero yo soy esto. Y a veces me lamento de no haber sido más pilla, pero a la vez estoy orgullosa de todo lo que logré de la nada. Porque yo sola sé el esfuerzo que implicó ir a entrenar en bicicleta y bancarme las ampollas, los juanetes, los cayos...Igual siento que todavía me falta. Y por eso la sigo peleando. A veces me miro al espejo y digo: ‘¡Wow, qué ovarios!’. Porque yo me banqué todas y siempre sola, cien por ciento sola. Yo disfruto muchísimo los momentos en que bailo, cuando hago lo que amo. Por eso, para mí el escenario es tan gratificante. Porque ahí no tengo a ese pájaro carpintero que me vuelve loca pensando en todo lo que tengo que resolver en el futuro. En ese instante, se me para la cabeza y vivo a pleno el aquí y ahora. Pero además, si con todo lo que me pasó sigo de pie, es porque tengo algo que trasmitir. Y mucha gente me ha dicho que, a través del arte, yo le he dado fuerzas para salir adelante y eso para mí no tiene precio.” Aseguró Fidalgo emocionada.
Logró fundar varias escuelas de danza, donde no solo trasmite su arte, sino la experiencia y resiliencia que tiene en la vida. Con una trayectoria hecha a fuerza de sangre, sudor, lágrimas, compromiso y dedicación, supo llegar a los escenarios más grandes del mundo. A los 18 ya era una de las bailarinas del teatro Roma de Avellaneda. Hoy, con su propia escuela, quiere compartir sus saberes con sus alumnos, pero además quiere transmitirles sus valores porque ella asegura: “El camino correcto es el del trabajo, la disciplina y la honradez. Me emociona poder trasmitirles que con disciplina y constancia, no hay límites. Que ese es el camino. Trasmitir mi experiencia. No todo es fácil en la vida, pero eso no quiere decir que sea imposible. El arte en general es sanador, te libera de toda angustia, porque cuando conectás con lo que te hace feliz, te abstraes de la realidad. Soy una convencida que la fama y las cosas buenas hay que utilizarlas para ayudar. Por eso intento becar a la mayor cantidad de chicos que puedo. Hay chicos que están muy mareados, que no saben a dónde ir, no encuentran su eje y no encuentran que hacer. Me entusiasma poder mostrarle que existe un camino, que pueden hacer esto. Muchos no pueden pagar una cuota mensual, pero tienen un talento impresionante, y a mí me encanta poder ayudarlos… A mí la danza me salvó. De cualquier manera, voy a estar ligada al arte porque es lo que me sana, es mi sangre. Y lo necesito. Yo supe desde chiquita que tenía el don, y por ahí ellos lo tienen y nadie les dio una mano para descubrirlo.” Concluyó la bailarina, que no solamente triunfó en Argentina, fue tapa de Interviu en España, bailarina en el teatro Moulin Rouge de Paris, tiene su propia escuela de danza y es una luchadora que jamás bajó los brazos para concretar sus sueños.