De madre trabajadora sexual y alcohólica y sin conocer hasta el día de hoy quien es su padre biológico, la vida de Sandra no fue nada fácil. De niña fue abusada en distintas y reiteradas ocasiones por diferentes personas, fue madre muy joven y transitó en varias oportunidades por violencia de género extrema; pero jamás bajo los brazos. Para superar las secuelas de sus malas experiencias y mejorar su presente, paso por varios tipos de terapias hasta que descubrió la biodecodificación y la neurociencia y hoy puede asegurar que es una mujer nueva. “Lo que nosotros hacemos con la vida es responsabilidad exclusivamente nuestra. Nos pueden pasar muchas cosas, pero nosotros decidimos como continuar y que hacemos de ahí en adelante. La queja y la autocompasión no ayudan, hay que ponerse en acción para superarlo.” Aseguró la actriz.
Sandra nació un 19 de febrero en Buenos Aires. Desde muy chica supo que quería dedicarse al arte, estudió narración infantil, práctico diferentes danzas, se especializó en el estilo jazz y de más grande se perfeccionó en actuación con importantes docentes como Lito Cruz, Norman Briski, Carlos Evaristo, Héctor Esteves, y Moira Chassman.
Empezó su carrera artística muy joven y por necesidad: “Fui mamá a los 16 años y necesitaba trabajar. Yo jamás había pensado en ser bailarina de teatro de revista o vedette, hasta que una conocida me insistió y me empujó a hacerlo, a mis 18 años. Hasta ese momento yo era empleada en una boutique y cuando pisé por primera vez un escenario, el sueldo de la última bailarina triplicaba el que yo cobraba en el local, fue así como comencé.” Rememoró la ex vedette.
Siguiendo con su carrera en el mundo del espectáculo, Villarruel recordó: “Fui bailarina en la revista con Porcel, Olmedo y Moria Casán, después enseguida filmamos una película y empecé con televisión. Viajé a Chile con Éber Lobato, como segunda vedette de Sissi Lobato, y después me instalé a trabajar un tiempo en Perú, donde me fue muy bien, razón por la cual, cuando volví a la Argentina, por suerte tuve mucho trabajo. Jorge Porcel me pidió que fuera a hacer el casting de ‘Los ratones y las gatitas de Porcel’, a partir de ahí fue un viaje de ida constante.”
Su experiencia de trabajar con Porcel fue muy diferente a la de sus demás colegas, ella vio maltrato hacia las demás, pero nunca lo hizo con ella. “Jamás me acosó.” Aseguró la ex gatita.
Paso el tiempo y su vida dio un vuelco de 360 grados…y así lo describe la actriz: “Exactamente, mi vida cambió en todo, de niña era muy observadora y ahora lo profundicé. Yo fui madre muy joven, tuve a mi hijo a los 16 años, por lo que no pude estudiar una carrera. Hoy me encanta poder hacerlo y ayudar a otros con todas las herramientas que he obtenido. Con esto me di cuenta de que había encontrado mi pasión, mi otro don. Además, me encanta la sensación de poder ayudar a los demás. Desde muy joven siempre fui de dar consejos a la gente que me buscaba con algún problema, pero ahora lo puedo hacer desde un lugar profesional, habiendo estudiado, sabiendo cómo hablarle a una persona que está dolida o traumada. Soy la muestra ferviente de los resultados positivos de esta terapia. Hoy me quiero subir a un escenario solamente para dictar cursos y dar charlas, lo sentí en el alma y en el corazón, y todo lo que uno siente va a ser un éxito, indiscutiblemente.” Remarcó Sandra feliz con su presente.
Refiriéndose a los traumas de su pasado, Villarruel confesó: “Mi primer intento de suicidio lo tuve a los 8 o 9 años. Yo vengo de un hogar disfuncional, con un padre adoptivo abandónico, una madre abandónica y alcohólica, que hizo lo que supo y lo que pudo, aunque no era lo ideal. Además, sufrí abuso infantil en reiteradas ocasiones, tuve parejas golpeadoras y no tuve una vida fácil, bajo ningún aspecto. Todo eso deja huellas que hay que sanar. Esto impacta en tu forma de ser, en tu día a día, y normalmente, te lleva a tener una actitud errada ante la vida. Mejorar interiormente, superar los traumas de mi pasado, limpiar los dolores que traía desde mi muy temprana infancia, eso me llevó a una búsqueda, a hacer terapias. Hice de todo hasta que conocí la biodescodificación. Hice también constelación y, cuando terminé los cursos de bio, caí en la cuenta de que había sanado por lo menos en un 80% de todo. Cuando uno sana, la vida cambia y todo pasa a ser mejor. Te das cuenta de que lo que antes te preocupaba, ahora no tiene sentido y eso te permite tener una vida plena y ser feliz.”
“Hoy mi vida está llena de amor, de paz, con muchos proyectos, muy feliz, me siento totalmente plena. Cada vez que pienso y miro para atrás digo: “Wow, todo lo que conseguí, ¿no?”. Y no hablo de lo material, porque me falta mucho, pero sí de lo emocional, de la paz mental, del cero estrés, así es como vivo hoy. A veces veo que la gente se hace un drama por cosas sin sentido. A los problemas hay que darles la importancia que se merecen, ni más ni menos. No sirve amargarse por algo solucionable, hay que enfocarse en resolverlo, y si no se puede, hay que descartarlo y pasar a otra cosa.” Aseguró la actriz, ahora terapeuta. Y así lo hace ella misma, aún está en busca de su identidad y su padre biológico; pero no se lamenta, acciona y muy pronto viajará a Rosario con un kit de acá para repetir un ADN con quien sospecha es su progenitor.
Entre la gran cantidad de proyectos está el escribir un libro para seguir ayudando, seguir compartiendo en forma personal las herramientas que aprendió con muchísimas personas y un nuevo taller vía zoom “Mujeres en Libertad” el 14 de octubre a las 15.00hs.
