Miércoles, 10 Abril 2024 13:38

"Seguros ricos, jubilados pobres"

Volvé a escuchar el comentario editorial de Cristina Pérez en Cristina Sin Vueltas. 

A esta altura uno se pregunta si queda algo que haya hecho el kirchnerismo en el estado que no haya sido pantalla de un curro. Porque esa pregunta también aparece en la investigación del escándalo por los seguros donde el principal imputado es el ex presidente Alberto Fernández.

Por la plata que les prestaban a los jubilados con sus ingresos de miseria, les descontaban el seguro de sus jubilaciones. Les prestaban para sacarles una tajada mientras ellos se empeñaban. Investigan si encima, salían partidas de la Anses para pagar las jugosas comisiones de los brokers.

La justicia, que acaba de inhibir los bienes del ex presidente descubrió una especie de juego de cajas chinas. De un seguro sale otro seguro, un bróker, una compañía vinculada, una cooperativa, otro bróker y así. A medida que se van abriendo las cajas se enrarece la especie de lo que aparece.

Cuando los allanamientos llegaron a las oficinas de Avenida Juan B Justo de una tal Compañía de nombre Bachellier SA, se encontraron con un lugar fantasma: polvoriento, en desuso y con computadoras viejas. Claramente era la sede declarada pero no en funciones. Y el notorio abandono no fue impedimento para que esta seudo compañía se quedara con el mayor número de comisiones desde 2020.

Abundan estas ramificaciones y se repiten los personajes. Vamos a llamarlos por su rol de cercanía con el lamentable protagonista de esta trama. El marido de la secretaria del presidente era el que repartía cuánto iba para cada quien de este entramado, el amigo de la infancia del presidente era el titular de Nación Seguros y la secretaria de toda la vida del presidente, una especie de armadora con acceso privilegiado desde el despacho de presidencia. Héctor Martínez Sosa, Alberto Pagliano y María Cantero también son sujetos de inhibición de bienes y levantamiento del secreto fiscal. Como el entonces presidente, que tan a medida diseñó el negocio, que firmó el decreto 823 en 2021 para que todo contrato firmado por el estado se hiciera obligatoriamente con Nación Seguros. Curiosamente lejos de reportar mejores comisiones o beneficios, el estado presente terminaba pagando comisiones superiores a las del mercado.

Los seguros son un negocio que suele derivar en clientelas cautivas. Aquí también direccionaban cual era el cautiverio. Lo que estaba asegurado era el negocio.

La quebrantada Anses, que debe sustentar más de lo que recibe por aportes convertida en caja una vez más. A la luz de la crisis, todo luce aún más indigno.

Los investigadores de la causa que sigue el juzgado federal de Julián Ercolini están cerca de cerrar el círculo por el direccionamiento de contratos y profundiza sobre los vínculos de lo que llama “una organización de varias personas” que desarrolló en forma sostenida está operatoria, disfrazada de legalidad, bajo el comando del propio presidente de la Nación.

Sólo es cuestión de tiempo para saber si estamos ante otro ex presidente acusado de ser jefe de una asociación ilícita. Ahí los Fernández, serían parecidos por algo más que el apellido.

Es irónico, pero acaso la intrascendencia de Fernández, era parte de su cobertura, mientras silenciosamente, se sumaban los ceros por las miles de pólizas que exprimían una fortuna de las arcas del estado y de los pobres jubilados.