Martes, 12 Marzo 2024 14:07

"Narcos e Inflación: Se aceleran los tiempos"

Volvé a escuchar el comentario editorial de Cristina Pérez en Cristina Sin Vueltas

Hay un popular refrán que dice: “Si quieres hacer reír a Dios cuéntale tus planes”. Cuando empieza un mandato presidencial, el primer foco de atención está puesto en los planes de la nueva administración. Luego aparecen los planes de Dios, para decirlo con cierta ironía.

En el mandato de Alberto Fernández, el tercer mes, estuvo signado por un suceso histórico sin precedentes: la primera pandemia global y un enemigo invisible ante el que sólo se contaba con un arma medieval, la cuarentena.

En el tercer mes de la presidencia de Javier Milei otra inusitada cuarentena encierra a los ciudadanos de Rosario, pero no es un virus el que mata sino el narcoterrorismo. La metamorfosis de las bandas narco estaba latente en su extorsión silenciosa. El aparente silencio de muertes en los primeros dos meses de esta administración, fue más bien un compás de espera sobre algo vital para los capos encerrados en prisiones federales: las condiciones de detención. Y no tiene que ver con la provisión de alimentos o la calidad de las camas, sino con algo que el kirchnerismo había asegurado bajo el disfraz de políticas garantistas, como lo son la continuidad de los negocios tras las rejas.

Las autoridades del Servicio Penitenciario decidieron incumplir desembozadamente la ley que ordenaba la inhibición de celulares. Muchos se preguntan a estas horas, por qué no aparece ningún fiscal que ose investigar a María Laura Garrigós de Rebori, ex interventora del Servicio Penitenciario durante el kirchnerismo, ex jueza y fundadora de la agrupación Justicia Legítima. No sólo defendió en su momento las excarcelaciones por coronavirus, mientras a la gente común la encerraban, sino que desactivó el Departamento de Inteligencia en las cárceles a pesar de que entre el 70 y 80% de los delitos se planeaban en las prisiones. Eso, sumado a la disolución de la secretaria de lucha contra el narcotráfico, durante el gobierno de Alberto Fernández, dice mucho sobre los beneficios que defienden los detenidos, en especial los más poderosos.

La increíble decisión de disolver la inteligencia criminal en las cárceles se conoció en 2022 cuando la jueza Servini de Cubría denunció al entonces ministro de Justicia Martin Soria y a Garrigós de Rebori, que estaba bajo su mando en el Ministerio de Justicia, por obstruir una investigación por venta de drogas en un pabellón ya que desde el Servicio Penitenciario respondieron que no tenían facultades para investigar internamente. Un Viva la Pela tras las rejas, institucionalizado.

No es difícil entender el malestar de los presos vip en el nuevo contexto. Pero a diferencia de los cortocircuitos que alimentan el nuevo relato casta anticasta, como las discusiones de Milei con Cristina Kirchner, la pelea con los narcos, tiene el trasfondo de lo que ya era un estado paralelo en la ciudad de Rosario. Con los narcos no se juega un relato. El ajedrez de muertes inocentes que proponen dista de los fuegos de artificio que la política reserva a las peleas por fondos o por ideología.

El propio Javier Milei, dijo que su gobierno deberá ser medido en función de tres objetivos: bajar la inflación, ofrecer seguridad y terminar con los privilegios de la casta. En cuanto a esto último, en estos días, el mandatario debió volver sobre sus pasos con un aumento de sueldo del 48% que aún no se entiende que él mismo haya firmado. Si alguien no cuidó al presidente, aunque hoy el secretario de Trabajo haya sido el chivo expiatorio, deberá procurar no equivocarse de nuevo. En tanto este mismo martes, se cruzarán las coordenadas de los otros dos pilares: inflación y seguridad.

El índice de precios que difundirá el Indec ofrecerá una calma temporal de la continuidad de la baja inflacionaria mientras el día a día de marzo se vive con la tensión de los precios de la economía que aún deben ajustarse. Tal vez eso explique las reuniones pedagógicas del ministro de Economía con los supermercados para bajar los precios y la decisión de abrir las importaciones de algunos productos de la canasta básica. A ver si entienden. Luis Caputo necesita que la inflación se vaya alineando con las expectativas de baja que él le ha impuesto a las paritarias. Un desajuste en esto haría poco creíble la senda de estabilización, y las tarifas, los colegios y las prepagas meten demasiada presión este mes.

La lucha contra los narcos es otra cosa. La sociedad observa atónita que se intente algo que descaradamente las autoridades habían decidido no hacer durante los gobiernos k: combatir el delito. Los argentinos vivimos bajo políticas que tras un falso garantismo apañaban una oscura sociedad con el delito. No parece casualidad que el único lugar donde arrasaron en las elecciones fuera en las cárceles. El ganaron los narcos y el ganaron con los narcos.