Viernes, 09 Junio 2023 15:23

Massa, Soy yo o el caos

Dicen que en las dos principales coaliciones el límite es la unidad. ¿Será? ¿Cuando se juega tan fuerte, no se dinamita caminos de retorno?

Esta fue una semana de bombas. El Schiaretti-Gate puso al borde la ruptura a Juntos por el Cambio. Y la advertencia de que Massa podría dejar el ministerio de Economía inició un tembladeral en oficialismo.

 

Hoy Horacio Rodriguez Larreta no se dio por vencido con la incorporación de Juan Schiaretti e insistió con ampliar.

 

El lunes es muy probable que sus socios en el radicalismo logren un comunicado del partido que manifieste la voluntad de ampliación. Pero a esta altura sólo parece tratarse de voluntad: de sostener el relato de lo que no puede ser. Bullrich y Macri ya tomaron posición por defender a los candidatos cordobeses y eso implica no aceptar alianzas con su principal competidor. Menos que menos un día antes de las elecciones en esa provincia.

El costo cordobés para Larreta es tan alto que le impide dar marcha atrás. Si Juntos por el Cambio pierde esa elección, ya es el mariscal de la derrota. Pero por todo esto sigue necesitando que lo elijan a él los votantes de Schiaretti. El jefe de gobierno, en síntesis, también lucha por el voto de los cordobeses pero para él. A los de su coalición ya los tendría casi perdidos.

 

En el gobierno la onda expansiva de las palabras de la massista Cecilia Moreau tiene amplio alcance. La presidenta de la Cámara de Diputados dijo que Sergio Massa podría dejar el Ministerio de Economía porque está harto.

 

Es la presión final, un día antes del Congreso del Frente Renovador, que se opone a una PASO, y que amenaza con dejar el Frente de Todos. Hoy no se trata sólo de un socio de la coalición sino de quien ejerce como virtual primer ministro. Una salida de Massa depararía un terremoto económico. Aún está fresco el cataclismo por la salida de Martin Guzman. La presión de Massa, tiene un doble objetivo: se produce cuando Cristina Kirchner debe dar su bendición para un candidato, y cuando el presidente no afloja en promover una PASO. Massa les manda un mensaje a los dos: “Soy yo o el caos”. Recordemos que de sus manos penden el acuerdo con el Fondo y la apariencia de timonel en una economía agónica donde no quedan dólares. Juan Grabois ya lo acusó de golpismo económico.

 

Durante la tarde de ayer la advertencia en el oficialismo había apuntado al presidente: si Daniel Scioli no se baja de su pre candidatura, el kirchnerismo y el massismo dejaron trascender que armarían un nuevo frente llamado Unidad Renovadora dejando afuera al actual embajador en Brasil y obviamente al Presidente. Pero eso significaría romper, y si algo saben tanto Massa como Cristina precisamente porque él rompió en el 2013, y ella sufrió el costo, es que, si se rompe la unidad, la derrota es segura.

 

En Juntos por el Cambio, pasa algo similar, aunque no idéntico. Ayer Ernesto Sanz, uno de los fundadores de Cambiemos lo puso de esta manera: “el que rompe se cava su propia fosa”. Y aunque todos aseguren que no se romperá la unidad, la desesperación de Horacio por ampliar el espacio parece indicar que hoy no le estaría alcanzando para ganar con los que están. La intención de no innovar en Patricia Bullrich es también signo de su tranquilidad con las cosas como están. Desde los dos lados se acusan de mezquindad electoral. Pero el límite vuelve a ser la unidad. Si el jefe de gobierno siente que no le alcanza ¿podría romper para asegurarse el boleto a la primera vuelta? Esa pregunta aún no tiene respuesta y faltan días febriles hasta el 14 cuando cierran las alianzas y hasta el 24 cuando cierran las listas.

 

Esta semana la política se quedó como nunca en esa burbuja adrenalínica y brutal de la lucha por el poder. Como si fueran intocables por la lluvia ácida de una realidad inaguantable. Hoy un dirigente político al que le pedimos una entrevista, contestó: Hasta el 24 de Junio no doy notas, es decir el día en que cierran las listas. ¿Será que piensan tomarse vacaciones de la realidad para revolcarse tranquilos en el barro hasta que arreglen las fórmulas? Quizás esa sea la sensación allá arriba. Acá abajo, mientras se ve el espectáculo dantesco, y a dos meses de las PASO, la esperanza cortita de los argentinos, empieza a decidir quién seguirá participando.

 

    

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