Viernes, 19 Abril 2024 13:41

"La Casta del Senado, a traición"

Volvé a escuchar el comentario editorial de Cristina Pérez en Cristina Sin Vueltas.

Los mismos senadores que mezquinan consensos para tratar leyes, acordaron en las sombras y votaron sin pudor en tiempo record un aumento que lleva a 7 millones de pesos sus ingresos.

Las votaciones a mano alzada tienen de entrada el perfume rancio de la impunidad porque es la forma de no ponerle la firma al voto escapando del registro electrónico que permite el tablero.

Pero hay algo más que complica casi a todos por igual. Un ciudadano común puede no saber, pero un senador no puede no saber que para estar en contra de una iniciativa a mano alzada debe especificarlo a viva voz. Y nadie lo hizo. Las intenciones burdas de jugar a las escondidas como si pudieran ocultarse ante las cámaras prendidas también son evidentes en los escasos 4 o 5 segundos sin casi levantar la mirada que se toma la vicepresidenta para contar que hayan votado los dos tercios de los presentes cuyas manos levantadas no suman lo necesario a primera vista en el video.

Pero ahora sabemos que solo por estar, por estar y por callar, esa votación ya tenía el camino libre y el acuerdo de todos. Los mismos que agotan a la ciudadanía no logrando consensos básicos para las leyes esta vez fueron un coro de mudos que más o menos agachados mandaron el dietazo.

Actuaron como impunes que pueden cometer el crimen, ser captados in fraganti y salir indemnes. Nunca en el veloz trámite dicen a viva voz qué es lo que se está votando con la prisa de los ladrones. Cuando el senador Romero pone a consideración el tema, jamás nombra qué es lo que ya tienen listo en las bancas para su consideración.

La explicación de que lo que les colmó la paciencia fue el ascenso del vocero presidencial a Secretario de Estado es graciosa. No es que les parecía mal, sólo querían hacer lo mismo. Nadie que señale a otro por algo supuestamente impropio lo repara emulándolo. Lo que querían era una justificación.

La última vez que se desató la polémica por el aumento de las dietas, apenas se había producido un treinta por ciento de incremento e incluso la vicepresidenta se dio el gusto de contradecir al presidente defendiendo los incrementos.

Pero de aquel 30% de aumento que para algunos hacía parecer demagogo el freno presidencial porque era una suba razonable, a este 200 por ciento, la diferencia es sideral y vuelve a mostrar no sólo que están totalmente desconectados de la realidad de la mayoría de los argentinos sino que no tienen la menor empatía, ni el sentido más mínimo de la rendición de cuentas que le corresponde a un servidor público. Al punto que son capaces de contestar como el Senador Pablo Blanco.

El secretismo con que se escribió la resolución desde el miércoles para que no trascendiera y el tiempo récord en que se produjo la votación hacen todo más alevoso. Quedaron en off side el presidente Milei y el ex presidente Macri que intentaron jactarse de que sus senadores no habían votado a favor. La verdad sobró con que no expresaran estar en contra para sumar a la decisión general.

Pero además, el breve texto de la resolución esconde otra arma humeante. Restablece una forma automática de aumento al determinar que las dietas, los gastos de representación y el plus por Desarraigo se calcularán en base al valor del módulo de los empleados legislativos. Cuando el módulo suba, volverá a incrementarse el ingreso de los senadores. Es curioso porque con el argumento de valorar la representación del pueblo, lo que queda claro es cuán poco representan a ciudadanos para quienes es mucho más complejo negociar una paritaria o algún incremento en medio de la actual recesión. Pero la realidad es un territorio que hace tiempo gran parte de la clase política no habita. Después se sorprenden de que haya ganado Javier Milei que donó su dieta de diputado los dos años que ocupó la banca. No sólo no representan a la gente, sino que olvidan que somos sus empleadores.

La mano vergonzante de Martin Lousteau quizás termine siendo el símbolo de la hipocresía y la indolencia que marcaron esta sesión. Cuarenta y ocho horas antes, el senador y presidente de la UCR había posteado en la red X: “¿Te acordás? En febrero Milei intentó aumentarse el sueldo, ahora le tocó al vocero Adorni que como secretario pasa a cobrar más de 3 millones. Son una contradicción constante: mientras fijan sus privilegios por un lado, causan sufrimiento y angustia por otro.” Él mismo Lousteau ahora cobra más que dos Adornis, como le escribieron en un comentario luego de la mano alzada, o agachada de ayer. Lousteau tiró la piedra y escondió la mano. Literal. Pero no fue sólo Lousteau, fueron todos. La casta del Senado, a traición con el dietazo.

El texto de la resolución tiene apenas 98 palabras. La verdad que le sobra una: deberían borrar ahí donde dice que es “Honorable” el Senado de la Nación