Jueves, 13 Octubre 2022 10:44

"El dólar Qatar es otra venganza de Cristina contra la clase media que ahora ejecuta Massa"

Escuchá el comentario editorial de Cristina Pérez.

La verdad, no deberían llamarlo ni “dólar Qatar” ni “dólar turista”, deberían llamarlo “dólar clase media” porque es eso, una devaluación teledirigida a la clase media. El dólar Qatar es otra venganza de Cristina contra la clase media que ahora ejecuta Massa. El ex presidente del Banco Central Guido Sandleris, dijo por Twitter: “Esto ya no es un cepo, es un enchastre cambiario” y agregó que “es imposible para la gente y las empresas planificar con las reglas cambiando todas las semanas”. Sin dudas, lo que el enchastre revela una vez más, es que no les importa joderle la vida a quien sea necesario para seguir gobernando para ellos. Porque gobiernan para ellos. Sandleris acompaña su tuit con un gráfico que muestra las diferentes cotizaciones del dólar en la economía que a su vez van acompañados por una lista de restricciones para que algún sector no pueda acceder.

El mejor ejemplo de eso es el “dólar ahorro” que tiene dos listas completas de restringidos. Deberían poner directamente, “el que hinche por Argentina en el próximo mundial no puede comprar dólar ahorro” y así cierran el grifo directamente a todos. El enchastre cambiario con el que buscan evitar lo inevitable es ante todo una serie de devaluaciones selectivas que intentan cercar el dólar para que se lo quede el estado, hoy, una máquina de ineficiencia perfeccionada por ineficientes sin pausa día tras día. Y que encima provoca lo mismo que dicen querer evitar, porque como en efecto es una devaluación, redundó en horas en el aumento del dólar blue que obviamente tiene impacto en la economía y pega directo en el otro gran enchastre que es la inflación. Genios del cepo. El dólar es la gran caja y como son unos inútiles económicos sólo generan su escasez entonces tienen que acorralar y atacar a quienes lo producen y a quienes buscan acceder a él. Hablan en abstracto de la economía bimonetaria como si fuera un fenómeno despegado de las políticas económicas del populismo a lo largo del tiempo. La gente va al dólar porque el peso no existe. Y digamos las cosas como son, el cepo volvió para quedarse y profundizarse con los Kirchner porque si hay una caja de la economía que les encanta es la del dólar. Nadie tan bimonetario como ellos.

Desde los dólares de Santa Cruz que cuando Néstor sacó fuera del país no llamaban fuga sino protección hasta los dólares en la caja fuerte de Florencia. ¿Y la verdad que ningún hijo de vecino tiene 5 palos verdes de ahorro en la caja de seguridad no? Por eso, a este cepo, que es la segunda fase del que empezó con el fin de las cuotas para viajar, hay que leerlo como una medida coherente con dos cosas: una es castigar a la clase media que no los vota y la otra abusarse de poder para quedarse con los dólares de la economía. Encima buscan una justificación moral diciendo que deben darle los dólares a los que producen cuando en realidad todo se trata del desastre que armaron y que no tienen la más mínima intención de arreglar. Como pasa con la inflación. No tienen ninguna intención, capacidad ni voluntad de arreglarla. Sólo buscan quedarse con lo que puedan para la campaña. Porque están agarrados a todo. Y esto viene pasando y profundizándose desde que el kirchnerismo llegó al poder. Lo que pasa es que nunca lo habían visto tan claramente tantos sectores de la sociedad. Ya no hay relato para embaucar a nadie. Hasta eso se gastaron. Una sociedad que como nunca sabe y comprende que hay que cambiar un montón de cosas, y que ellos no van a cambiarlas. Lo único que cambian es lo que les permite que no cambie nada. Que se queden atenazados a las cajas. Son simulacros de que cambian como pasó con la elección de Alberto Fernandez o con la designación de Massa. Se camuflan para seguir el mismo esquema fraudulento y abusivo en el que pulverizan tus ingresos para quedárselos y hacer populismo. Massa se maquilló de liberal y ortodoxo para amarrocar dólares dando una apariencia de nuevas expectativas. No sé de qué se asombran cuando Argentina vuelve a apañar las violaciones a los ddhh en Venezuela. ¿Les creyeron el giro algunos cándidos muchachos americanos? Nunca fue un giro. Fue otro simulacro de Cristina. Y el simulacro incluye que se muestren distintos uno del otro. Cristina se despega de las medidas de Massa cuando todos sabemos que las apoya. Y Massa se despega de Cristina con un discurso que busca mimetizarse con el de la oposición. Pero son socios.

Sorprende la fila de cándidos comedidos comprando espejitos de colores. ¿Se acuerdan cuando la designación de Rubinstein buscaba ser una señal de sensatez económica? Bueno, aunque Rubinstein haya vendido el alma ya sabemos que no es el primero. Ni será el último. ¿Cuántas veces vendió Massa el alma? Ya debe estar en sale. Quizás no hace mucho podían vender con el relato que había otros culpables. Ya no. Es inocultable que este gobierno ha abandonado a la gente. Sólo buscan conservar la fidelidad con los más pobres en cuya dependencia aseguran votos y ya ni eso pueden garantizar con este nivel de inflación. Detenerse en quién de los tres integrantes de esta coalición hace qué para sumar poder es casi entrar en el juego mentiroso que han impuesto que es el de usar el poder para ellos mismos y esencialmente para quedarse ahí.

En la calle, en la vida real, para la gente real, sólo ocurre el deterioro de su calidad de vida y de su capacidad ya no sólo de planear el futuro inmediato sino también de sostener el presente. Hoy leía una chica que ni trabajando pudo comprarse un calzado presentable para ir a trabajar porque no le alcanzaba. ¡Calzado! Por eso si miraran con un poquito de honestidad lo que pasa no necesitarían consultores que les expliquen por qué se acercan al 80 por ciento, los argentinos que no le creen más nada al kirchnerismo. Este gobierno que abandonó a la gente está recibiendo la misma moneda: el pueblo los abandona a ellos. Tamaña responsabilidad para quien aspire por el poder, la desconfianza comprensible de tantos argentinos heridos.