Señora, acá todo lleva su firma, no se gaste más en disimular. Acá todo lleva su firma y la tinta es indeleble por el tamaño del desastre. La inflación del 100% es de su gobierno, el ajuste infame a los jubilados al mismo tiempo que se le da otro privilegio a los camioneros es de su gobierno, la tragedia de abuelos indigentes y que la mayoría de los chicos del país sea pobre es de su gobierno, y en su versión del peronismo son pobres hasta los que trabajan. En qué pretensión trasnochada pensará señora vicepresidenta, que, con las heridas en carne viva, porque no le alcanza para comer, la gente común puede creerle a usted que le preocupa la inflación por una queja por Twitter contra el aumento de las prepagas. Sólo ofrece controles de cotillón a precios que ya se escaparon y sólo busca culpables. Es un truco tan gastado que ya ni siquiera es viveza de su parte volver a intentarlo, sino puro cinismo. Y un cinismo bastante selecto porque lo aplica a los temas donde anda merodeando alguna caja o un negocio con qué quedarse. Si hicieron de la pandemia una excusa para proponer la estatización del sistema de salud, qué mejor momento que el de subirse a un aumento que autorizó su propio gobierno para hacerse la justiciera con los precios de las prepagas. Todo suyo señora. Es muy astuta su movida para querer aparentar ser opositora, pero ya es tarde. Le corresponde la autoría indisputable hasta del más quijotesco de los melodramas de estas horas como lo es el del autodenominado soldado que se quedó sólo: su presidente. Señora, usted lo puso ahí, y también le corresponde el premio a mejor guión por una presidencia menos mediocre que inútil y eso ya es decir mucho. Usted misma citó a Perón diciendo que para entender a los políticos hay que mirar lo que hacen y no lo que dicen: usted habla contra la inflación mientras su gobierno no hace nada contra la inflación. Porque una vez más les está haciendo el trabajo sucio del ajuste y sólo simulan preocuparse, proponiendo medidas que no funcionaron nunca, porque saben que las soluciones entre otras cosas los llevarían a gastar menos y eso si qué es el dogma que no se toca. Ni usted se cree lo que simula. Y mucho menos lo cree la gente. Más que para nadie, para el ciudadano común, la única verdad es la realidad señora y esta realidad de miseria la está pasando con usted en el poder. ¿Realmente cree que se puede esconder?
Jueves, 27 Octubre 2022 10:29
"Señora no simule que le preocupan los aumentos, este es su gobierno"
Escuchá el comentario editorial de Cristina Pérez.
Tampoco se pueden esconder los que vociferan consignas opositoras y terminaron posibilitando el tratamiento de un presupuesto mentiroso. Hace poco el diputado Facundo Manes salió a decir que Macri y Cristina son lo mismo. Si alguien demostró que son lo mismo en estas horas son los radicales que parecían más socios de Massa que miembros de la coalición opositora. El argumento de no dejar al gobierno sin presupuesto es nimio porque forzar una negociación para un mejor proyecto e impedir abusos como el nuevo impuesto a la tasa aeroportuaria o los favores a Moyano, hubiera sido el rol más esperado de quienes se ofrecen como alternativa. No pueden ni criticar a Milei los radicales. El liberal que se cortaba un brazo antes de apoyar un nuevo impuesto se las tomó cuando era crucial su presencia. Por un voto ganaron el nuevo manotazo al bolsillo de los que viajan pero no podrían haberlo hecho sin los comedidos correligionarios de la UCR que se pusieron al servicio del kirchnerismo. Ni Máximo bajó a votar muchachos.
Bueno, sí bajó. Sólo cuando se trataba de mostrar cuánto lo apasiona la venganza contra los jueces. El hijo de la señora también puede ser medido por lo que hace. Con las cajas no tiene mucho problema ni debe dejar los dedos pegados porque quién le toca una caja a La Cámpora. Pero con la justicia, verdadera razón de ser del último gobierno kirchnerista, la cosa cambia. Lo peor de querer extender el pago de ganancias a los jueces es que la medida ya rige desde 2016 para los nuevos integrantes de Poder Judicial, y que además no les iba a importar cometer el estropicio de pura maldad, aunque afectaran a cientos de trabajadores judiciales. Por eso no lograron ni el voto de algunos de sus aliados. Pero hay que decir que en esto son coherentes: cuando se trata de subir impuestos no tienen fisuras. Arrasan a sabiendas con el salario.
No es que uno quiera andar haciendo futurismo, pero cuando se acerque el momento de pensar en el próximo presupuesto, estaremos comprobando cómo mintieron con la inflación y con tantas otras cosas. Y sobre todo, estaremos cerca de las elecciones generales. No sabemos si habrá primarias. Porque no demoraron ni un suspiro en mostrar las cartas y ya hay un proyecto para eliminar las PASO. No puede extrañar que en eso también les importe poco la decisión de la gente. No olviden estas 24 horas de miserias amigos, para saber quién es quién. Nunca se caen tan rápido las caretas como cuando hay que hablar de plata, de plata y poder.