Viernes, 05 Abril 2024 13:19

"La grieta geopolítica: de China a EEUU"

Volvé a escuchar el comentario editorial de Cristina Pérez en Cristina Sin Vueltas. 

Dos gigantes se disputan el mundo: EEUU y China. Argentina ha sido territorio de esa tensión desde que el kirchnerismo decidió desmantelar todo vestigio de las llamadas relaciones carnales con los EEUU de Menem por su propia ruta de la seda con China.

A Cristina no sólo la obnubila el control total del Partido Comunista Chino, sino que tejió con cuidado para que Pekín y no el Fondo Monetario fuera el prestador de última instancia. Ese al que ella llegó a cederle una base militar en el corazón de la Patagonia para obtener en principio las represas hidroeléctricas Néstor Kirchner y Cepernic. Esos enjuagues datan de 2012, casi la misma época del pacto con Irán y de los millones de Venezuela en la valija de Antonini Wilson. Por no hablar de los intereses del gigante asiático por la soja y la Hidrovía.

La mención de la Ruta de la Seda no fue una metáfora para recordar las incursiones de Marco Polo. “Nueva Ruta de la Seda se llamó en su origen el plan de China para desarrollar infraestructura en más de 150 países del mundo para ganar influencia en ellos como los Estados Unidos con el Plan Marshall en la Segunda Guerra Mundial. Un despliegue lento y silencioso a pura billetera que un día condiciona tanto a los países que ya no pueden decirle que no. Los primeros trazos de la ruta de la Seda del imperialismo chino y la base espacial en Neuquén datan de la misma época.

En realidad, Cristina jamás ocultó cuál es el capitalismo que le gusta a ella.

Capitalismo chino y peronismo, un solo corazón.

Por eso, los que digan que Javier Milei delira cuando habla de volver a Occidente, sólo deberían hacer este leve repaso sobre lo que el kirchnerismo llama un mundo multipolar.

Por eso la transmisión de medianoche desde Ushuaia con la General Laura Richardson, Jefa del Comando Sur de los Estados Unidos, es un punto de inflexión.

En una semana que estuvo marcada por la preocupación sobre la misteriosa base espacial y si realiza actividades militares en territorio argentino, el mensaje de Milei, se realizó en la misma ciudad donde China buscaba participar de la construcción de un puerto de aguas profundas. Pero el presidente, junto a Richardson y al embajador Marc Stanley, en lo que se asemejó a una cadena nacional en plena medianoche ratificó la construcción de una Base Naval Integrada.

El viaje a la provincia más austral fue una sorpresa en la agenda. El gobernador local, Gustavo Melella, aliado kirchnerista y con afinidades diplomáticas con China, se había negado a recibir a la generala dos días antes y volvió a hacerlo anoche. Docentes cercanos al kirchnerismo repudiaron su presencia.

La grieta también es geopolítica.

La transmisión contó con fuerte simbología y fuertes definiciones. La banda interpretó además del himno argentino, el del país del norte, cosa que escandalizó a la comunidad k de las redes. E inusitadamente la generala terminó haciendo honores a la marcha de las Malvinas. Y todo salió por TV. Aunque lo más contundente estuvo reservado para el mensaje presidencial que habló relaciones especiales con los Estados Unidos.

La ayuda de los Estados Unidos a Argentina siempre estuvo condicionada por la elección geopolítica del kirchnerismo hacia China y Rusia. Se vio como nunca en la compra de vacunas contra el Covid.

Para el país del Norte los gestos de alineación de Milei tienen un valor que nunca fue tan importante como ahora que el gigante asiático les disputa Latinoamérica como describe sin contemplaciones Agustín Barletti en su libro El Hambre del Dragón: el plan de China para comerse al mundo.

- Cortar audio de nuestra nota donde diga que tiene 22 puertos , que le interesa el litio, la soja y que Latinoamérica es el patio de atrás de China. (Me interesa sobre todo lo de los puertos y lo del patio de atrás)

Es tal la preocupación de Estados Unidos sobre este zarpazo del dragón chino que cotiza alto su amigabilidad para el que le de la espalda. Javier Milei agradeció ayer el apoyo del gobierno de los Estados Unidos. Eso también engloba el acuerdo con el Fondo, y eventualmente, hasta una tajada de dinero fresco si el país los necesita.

La negativa de Cristina Kirchner a una alianza con Estados Unidos hacía que este lugar de auxilio fuera de China mediante los famosos swaps de divisas que nunca sabremos del todo, qué otros compromisos involucraban. Por lo pronto, para muestra basta un botón: un botón grande, como lo es la base espacial en el corazón de la Patagonia.