Miércoles, 22 Mayo 2024 13:18

"Incoherencia por derecha y por izquierda"

Volvé a escuchar el comentario editorial de Cristina Pérez en Cristina Sin Vueltas.

Voy a dedicarme en este comentario a dos temas que hacen más a lo simbólico que a lo concreto pero que no por eso son menos esenciales sino todo lo contrario, ya que terminan evidenciando la falta de coherencia en término de los valores que se dice representar.

Quiero referirme primero al secretario de culto del actual gobierno que parece haber confundido su rol con el de un tribunal de castigo de la Santa Inquisición, que por cierto dejó de cazar herejes a principios del 1800.

Que en lo personal a Francisco Sánchez le parezca mal el divorcio, la educación sexual, el matrimonio igualitario y el aborto, no le da mayor prédica por ser secretario de culto porque su función no es la de subirse a un púlpito moral para señalar con el dedo a los que no comulgan con su puritanismo demodé. Las funciones de la secretaria de culto están bien delimitadas por el Ministerio de Relaciones Exteriores y tienen que ver con las relaciones con la Santa Sede y con la autorización de las solicitudes de reconocimiento e inscripción de las iglesias, confesiones, comunidades o entidades religiosas distintas de la Iglesia Católica que ejerzan sus actividades en nuestro país.

Flaco favor le hace a un gobierno que pregona libertades, que el señor Sánchez ande dedicándose a perseguir a divorciados, gays o mujeres que legalmente se realizan un aborto en la Argentina. Pero sobre todo que desde un cargo oficial cuya misión es garantizar la libertad de culto se dedique a promover la falta de libertad personal basada en su propio conservadurismo.

Ya había pasado por las tribunas de ultraderecha de Vox para criticar desde el divorcio al aborto, porque se legislaron durante crisis económicas. ¿Qué tendrá que ver?

Mire Señor Sánchez llega tan tarde a la polémica por los divorcios que no sólo bajaron los divorcios sino también los matrimonios, que en este tema atrasa tanto que hasta la Iglesia dejó de excomulgar a los divorciados vueltos a casar admitiendo incluso que trae dificultades mantener la continencia sexual.

La última arremetida dice que los hijos de divorciados rinden menos en la escuela y llama a repoblar la Argentina.

La verdad que los postulados del secretario pueden andar bien en Salem, Massachussets del siglo XVII. Ahí, entre los cazadores de brujas, sería un progre.

En función de sus libertades el señor Sánchez tiene todo el derecho a decir lo que quiera en el púlpito que se le antoje, pero triste papel hace como secretario de culto si parece más un puritano del siglo XVII o un ayatollah de Irán que un secretario de culto de un gobierno liberal.

Como bien se ha señalado en varias columnas de opinión, hasta el propio presidente Milei en la campaña, y el ministerio de Capital Humano en el gobierno han avalado una educación sexual que reduzca el embarazo adolescente.

Y en materia de interrupción voluntaria del embarazo, la cuestión, que sin duda genera divisiones en la sociedad, ha sido saldada por el correspondiente tratamiento legislativo. Por lo tanto, cualquier cambio debería ir por la misma vía.

La otra incoherencia salta del lado opuesto de la grieta. Da vergüenza ver cómo luego del procesamiento por abuso sexual del intendente de La Matanza Fernando Espinosa, el gobernador Kicillof, y la vicegobernadora Verónica Magario se hayan prestado a darle respaldo sin reparar siquiera un minuto en la posibilidad de que sea culpable, al menos por respeto a la víctima que lo denuncia. Se llenan la boca hablando de políticas de género pero cuando los supuestos abusadores son de su signo político, se convierten en los primeros cómplices. Sigue tronando el silencio de los colectivos feministas por el caso de José Alperovich y en estas horas se suma, la provocación de aparecer desafiantes al lado de Espinosa el mismo día que la justicia lo procesa por abuso sexual de quien fuera su secretaria.

Pero Kicillof y Magario no son los únicos. Ayer en el Congreso la diputada de Pro Silvia Lospenatto planteó una moción de repudio y los propios diputados de Unión por la Patria fueron quienes pidieron no votar. “No es tolerable el silencio de los que defienden las políticas de género genuinamente pero cuando se ve involucrada una persona de su fuerza política se callan”, dijo la legisladora.

Incoherencias por derecha y por izquierda, que revelan la más honda hipocresía de los que dicen defender una cosa y hacen exactamente la otra.