Martes, 21 Mayo 2024 12:42

"Hay que tomárselo a risa"

Volvé a escuchar el comentario editorial de Cristina Pérez en Cristina Sin Vueltas.

Ahora sí que se desmadró todo. Para entender de qué se trata hay que decir que a la retirada de un embajador sólo le sigue un paso para la ruptura total de relaciones diplomáticas entre los países. ¿Realmente el conflicto entre Argentina y España tiene motivos para escalar hasta esta instancia? La decisión de Pedro Sánchez, cebado por el rédito de su confrontación con Javier Milei de cara a las elecciones del parlamento europeo, ha llevado la cosa hasta el punto del ridículo. Hasta ayer, se podía hablar de la lenguaraz mención de Milei sobre la corrupción de Begoña Gómez, aunque no haya dado su nombre, en pleno mitin de Vox. Pero de ahí a romper relaciones es otra cosa. Los motivos para una ruptura diplomática, si uno repasa la historia, son cuestiones graves, que hayan derivado en una crisis aguda: un conflicto armado, un atentado como la crisis de los rehenes entre Irán y Estados Unidos, un cambio de régimen de gobierno, una intromisión seria. Y aquí nadie niega que fue poco diplomático por parte del presidente argentino ir a España y hablarle en el patio de su casa de la posible corrupción de doña Begoña al jefe del gobierno español. Pero Sánchez no te enganches que sólo días atrás su ministro de transporte le había dicho drogado a Milei. Y también le dijeron fascista y mala persona. Y hace solo meses usted mismo hacía campaña por Sergio Massa con video y todo. El que esté fuera de pecado que tire la primera piedra.

Es tan ridículo llegar al umbral de la ruptura de relaciones diplomáticas con España que sólo pensar seriamente cómo eso sería posible da risa. Para empezar tendríamos que cambiar de ADN todos los Pérez, los García y los Fernández. Dejar de comer paella y desterrar el idioma español. Ya que estamos, declarar la segunda independencia del Reino de España y restituir al himno todas las estrofas que le faltan. De paso, borrar de los libros de historia la visita de la Infanta y cortar el wi fi de Telefónica. Llamar de vuelta a todos los argentinos que viven en Madrid y pedirles que traigan jamón ibérico ya que se prevee su escasez y para no quedarnos cortos pedirles que devuelvan todos los trofeos que ganaron Messi, Valdano y Simeone para el futbol español. ¡Ah! ¿Todo esto no se puede? Entonces dejar la gilada y el narcisismo y dejar las cosas en un enojo sonoro porque romper lo que es romper además de imposible es una total estupidez.

Hay que decir que por aquí, el gobierno argentino, ha decidido no retirar al Embajador en España. Pero a no confundir esto con bajar el tono. Javier Milei consideró que Sánchez está cometiendo un error mayúsculo y que él no será tan estúpido de repetirlo. Es un disparate propio de un socialista arrogante, concluyó Milei. Tranqui. El presidente argentino insiste en que hizo una mención sin dar nombres en su discurso y que por eso la escalada diplomática no tiene sentido. Bueno: quién no sabe que el único que se tomó cinco días para pensar luego de que su esposa fuera acusada por corrupta fue el mismísimo Pedro Sánchez.

A esta altura, que al menos primen los negocios. Siendo España el segundo inversor en Argentina, bien les cabe a los dos países dejarse de gilipolladas, que las inversiones no tienen ideología, aunque a los presidentes, como quedó claro, les sobra. Y si esto no entra en razones, ahora que se viene el 25 y no hay Pacto de Mayo porque no salió la ley Bases, que el fervor del primer gobierno patrio nos recuerde lo bien que hicimos en librarnos de España hace ya 214 años. Esos eran conflictos. Y ya que el presidente argentino ha sugerido preocupación por la corrupción que le endilgan a Doña Begoña Gómez que también cunda la angustia aquí por los curros de doña Cristina Fernández y de paso hacemos doblete. No extrañe estos días que La Cámpora exporte algunos de sus hits y se escuche en la Gran Vía: “Si la tocan a Begoña qué quilombo se va a armar”.

Y cuando pasen las elecciones en la Unión Europea veremos si Sánchez venció a Milei aunque no era candidato, o si España importó la motosierra y decidió dolarizar, pero lo más seguro es que algún embajador vuelva con sus petates a la coqueta residencia de Recoleta para no perderse ni por asomo, los fuegos artificiales del 9 de julio por el día de la Independencia. Cómo no festejar el alivio de no tener que gobernar este íspa...