Viernes, 30 Diciembre 2022 11:18

"La radio es el esencial ejercicio de la libertad: queremos definirla pero ella nos define"

Volvé a escuchar el comentario editorial de Cristina Pérez en Cristina sin vueltas. 

El editorial de hoy es sobre un grupo de gente que no se conocía y empezó a verse de pronto todos los días, para hacer un programa de radio desde hace casi un año. El editorial de hoy es sobre nosotros y sobre ustedes, aquí. 
 
Nos reunieron todo este año, con sus vicisitudes y sus ternuras, una mesa compartida, un micrófono y ese espacio alado, el aire. En la primera mesa, no hubo aire ni micrófono, fue cuando nos presentamos. Eramos reales desconocidos, reconociéndonos, anticipando alguna impresión. En la última mesa antes de hoy, anoche éramos amigos, cenando. La radio es amistad.
 
Hay algo parecido a compartir el pan en hacer radio. Hay algo de comunión y de buena fe, y ese pan son palabras: información, pensamientos, anécdotas que se van tejiendo en una de las más particulares formas de conversación, como lo es la de la radio, y que se parece tanto a la vida misma. Que está atravesada por la vida. Por todo lo que nos pasa, como argentinos, con ustedes, entre nosotros, y también en nuestras vidas personales. Y la radio es el medio más parecido a la vida. Uno se lanza cada día sin ensayos y no puede volver atrás ni rebobinar la cinta. Siempre me sorprendió cuando me toca grabar algún contenido, cómo uno es más proclive a equivocarse, y a tener que repetir, cuando graba, porque no tiene ese aliciente de que lo que está diciendo, está ocurriendo, como cuando está al aire. El aire ocurre, nos ocurre. Son horas de vuelo y de vida las que nos han ocurrido este año, y quiero celebrar esta ceremonia de compartir con ustedes el tiempo precioso, siempre precioso de la vida, por primer año en Radio Rivadavia. Con toda su historia, para apuntalarnos y comprometernos, y con nuestra historia diaria, para sumar granitos al reloj de arena.
 
Yo vine a encontrarme con equipo heredado a la radio. Estaban todos con Eduardo Feinmann y a último momento, las cosas cambiaron, y aparecí yo. Esa historia ya la conocen. Pero por cosas muy curiosas el arrebato de las circunstancias nunca se sintió entre nosotros. A Manuel Adorni ya desde antes lo llamaba en Mitre porque me encantaba su trabajo y cuando vine no podía creer que íbamos a trabajar juntos porque de hecho yo misma lo hubiera elegido. Al Doctor Zin, quién no lo conoce, con lo cual sabía de su prestigio y pericia como comunicador, pero además fui conociendo una persona de exquisito intelecto y enorme generosidad. Gisela Larsen, de quien no sabía casi nada, es la compañera radial más dulce con la que haya trabajado y como profesional es dueña de una humana versatilidad para mezclar la voz de una locutora con la presencia amigable. Nos gustaría que se quede, pero hoy la saludamos deseándole lo mejor porque emprende otro camino, y la verdad nos duele despegarnos. De Pablito Montagna, conté que era un nene que se paraba en la puerta del viejo canal 9 y fue la persona a quien en medio de total asombro le firmé mi primer autógrafo. El asombro es porque me pedía un autógrafo a mí que en ese entonces tenía unos 20 años, recién empezaba y no me conocía nadie, salvo excepciones como mi familia, y Pablito. Casi treinta años después ese nene, estaba sentado en la misma mesa de radio conmigo. A Román Iutch, siempre lo admiré, por su talento para hacer gambetas, jueguitos y goles con las palabras: el elegante del fútbol pero también un tipo respetuoso, siempre portador de mucha afabilidad que sirve en bandeja cuando llega. Fuimos equipo en un segundo con todos ellos. Y estoy muy agradecida.
 
No quiero dejar de mencionar a los integrantes de este equipo que juegan desde la mesa extendida que es el control. Nuestra productora Luciana Luppo, que ha sido mi hermana en pensar con mucha valentía este programa cada día del año. Una mujer de enorme capacidad de trabajo y profesionalismo que es una de las líderes de este grupo. Es timonear un barco producir un programa de radio. No saben el oleaje que hay. Junto a ella, el eficiente y preciso Diego, también Paola y Gonza.
 
Lara Urquijo nuestra operadora, eligió la canción que abre esta edición cada mañana y nos puso identidad desde el comienzo interpretando este intento de andar juntos y con ella, tan talentosa en la sala de máquinas, cada operador va ayudándonos con pericia a que no se noten las costuras en la conversación. Me da felicidad desde que llegué a esta casa, trabajar con Fernando Subirats a quien todos conocíamos por ser uno de los históricos productores de Magdalena, ni más ni menos, y que hoy dirige la programación de esta emisora con su pasión infinita por la radio y una enorme experiencia que ofrenda como buen maestro. Su confianza me honra. Junto a él Nahuel y cada persona que piensa la radio. 
 
Cuando me llamó Marcelo Fígoli a fines del año pasado en medio del vértigo de los acontecimientos por decirlo de alguna manera, sentí una vez más algo muy lindo, que siempre le voy a agradecer: creyó en mí. En mi vida profesional recuerdo a cada persona que creyó en mí para encarar un desafío nuevo, que en este caso era ni más ni menos que la segunda mañana de una de las emisoras más emblemáticas de la radio argentina, por la que pasaron Cacho Fontana y Antonio Carrizo. Un caballero, Marcelo, y cada persona en la dirección, como Alfredo Scoccimarro y Ramiro Cozzani. No quiero que falte una mención para nadie. Primero los compañeros del noticiero, el prestigioso Rotativo del aire. Soy una mujer de noticiero. Siempre con ellos. Y todos, desde las chicas de limpieza que tienen impecable el estudio y cada espacio, a quienes nos reciben en la entrada o la policía que siempre nos cuida con una sonrisa en la calle, la bella Dalma.
 
Y ustedes queridos oyentes, familia nuestra, que, aunque me conocieran por la tele u otra radio desde hace mucho tiempo, saben que elegir un programa de radio es tiempos de sus vidas en el que se van a quedar ahí en el dial, es subirse a un viaje, y darnos ese privilegio invalorable de acompañarlos. Sepan que aquí lo dejamos todo y es un placer y un honor servirlos. Son nuestra mesa grande. Y esperamos de corazón estar a la altura de lo que les pasa, de lo que necesitan, de lo que esperan de nosotros, y de mí.   
 
Se podría decir que los seres humanos hemos inventado la historia para organizarnos. Alguna vez la contamos en lunas, hoy la inventariamos en años. Es raro porque el aire de la radio está lleno de tiempos pero a veces parece un espacio sin tiempo o con microtiempos. Y como voy a hacer hoy ese cambio de velocidad que implica descansar unos días, pero también estamos haciendo todos, ese otro cambio de ciclo, que implica cruzar la frontera de un año a otro, quise documentar, el agradecimiento y el aprendizaje en estas palabras. 
 
La radio es un gran escultor. Los que hacemos radio, nos pasamos la vida intentando definirla, pero al final de la historia ella nos define a nosotros. Hecha de las materias de la vida no deja mentir, ni ocultar y te abre de par en par el corazón y la cabeza. Te enseña a escuchar, te descubre en el compartir, te disciplina en un arte emparentado lejanamente con la divinidad: el arte de la palabra y de tener algo para decir. Un arte que se cultiva hasta dormido porque uno pasa el día y la noche pensando en lo que va a decir en estas horas y aquí se salta sin guión para ese cuerpeo con el silencio. El aire de la radio es primero un espacio de gran silencio, donde cada vez que irrumpe la voz, vuelve a ocurrir el milagro. Siempre estamos entre el vacío del silencio y aprender a lograr alguna vez que los silencios hablen. Pero sobre todo ante el desafío de tener qué decir, de encontrar las palabras y que valga la pena. Porque el ejercicio maestro en el fondo, en la esencia, y en la sustancia, el ejercicio que aquí hacemos, es el ejercicio de la libertad. 
La radio es el ejercicio de la libertad. La comunión de la palabra como un pan que se reparte y se reinventa en algo más dondequiera que llegue. En más libertad. Esperamos. Anhelamos. Somos más poderosos por estar aquí juntos. Porque rompemos el silencio, sin miedos y con absoluto amor por este oficio. 
 
Ha sido un honor servirlos en este difícil 2022 y será un honor recorrer el 2023 a su lado. Todo este equipo les agradece la confianza, y si nos permiten, les damos un abrazo, costumbre humana que se siente tan bien, con gente que se quiere. La radio también es un abrazo.
 
Feliz año amigos.