Viernes, 24 Marzo 2023 15:15

"La galera no tiene más conejos"

Escuchá el comentario editorial de Cristina Pérez.

Será un fin de semana de tensa calma, como se dice en las guardias periodísticas. En el ministerio de Economía agradecen el tiempo por minuto a esta altura. Con la escasez de dólares, fue el tiempo el principal insumo de Sergio Massa, y la clave de su Plan Llegar. Llegar es aguantar el tiempo que queda intentando que la economía no colisione.

Cualquiera en la calle dirá que en lo personal ya vive una situación que empeora cada vez más. Pero esta especie de agonía en cámara lenta en la que convirtió el gobierno a la realidad, hoy amenaza con convertirse en un drama vertiginoso.  

Cuando tocas la vaca sagrada, como puede ser llamada metafóricamente, la plata de los jubilados, das una señal incuestionable incluso más allá de si tiene o no buenos resultados. No tenés de dónde sacar un peso si tu opción es financiar el déficit de esa manera. Y esa desnudez es lo que quedó expuesto. El gobierno está desnudo y fueron ellos mismos los que avisaron. La galera no tiene más conejos.

Hay un dato revelador que abre aún más dudas sobre la operatoria con los bonos en dólares de la Anses. Lo dejó al descubierto el periodista Ismael Bermudez en una nota en el diario Clarin: por un lado, recuerda que este tipo de operación no estaba en las normas que dictaron la formación del Fondo de Garantías. Pero además observa que el decreto para el canje lo deja fuera del alcance del artículo 65 de la ley de Administración Financiera. ¿Qué dice ese artículo? Que estas operaciones de canje sólo podrán realizarse “en la medida que implique un mejoramiento de los montos, plazos y/o intereses de las operaciones originales”. ¿Acaso el gobierno no puede garantizar que esta operación impliquen una mejora? El periodista se pregunta, si acaso esto no es una admisión de que no será así. Para ser más claros: si están seguros de que esta operación dará resultados positivos, ¿por qué esquivan el artículo que las impide si no implican una mejora? ¿O no están tan seguros como dicen de que así será?

En estos días los voceros oficiosos del gobierno a favor de este canje han querido transmitir seguridad sobre su resultado positivo. Pero con el correr de las horas, muchos se preguntan hasta cómo harán para que no baje aún más el precio con la oferta forzada de papeles que saldrán todos juntos y peor, si acaso habrá quien quiera comprarlos o todo terminará en la cuenta de un Banco Central que con emisión y más emisión sólo genera más inflación.

Más allá de este terreno especulativo al que nos arroja la incertidumbre que produce el propio gobierno en cantidades exorbitantes, los tiempos se acortan. En el mejor de los escenarios, y perdido por perdido, el gobierno logrará ganar tiempo si el canje forzoso prospera. Pero poco tiempo. ¿Cuánto obtendrán, cuándo lo obtendrán, cuánto tiempo les alcanzará? Si este es el último canuto disponible para evitar una devaluación que ya exponen los múltiples tipos de cambio, cómo harán después. Más aún si el después es en un ratito.  

Hoy el poder está en medio de un ataque de nervios y aunque Sergio Massa sea la cara visible, ninguna de las medidas que toma o tomará ocurren sin la autorización de Cristina. Más que nunca, los que dicen Luche y Vuelve deberían mirar bien el escenario porque la señora no sólo nunca se fue sino que gobierna. Esta realidad también lleva su firma, aunque ella use la tinta que se vuelve invisible.

Las peleas intestinas sobre si desdoblar, devaluar, o incluso pedir más plata prestada a Estados Unidos, es apenas lo que trasciende. Cristina volvió con dos fusibles al poder: Alberto Fernandez y Sergio Massa. Y ya casi los agotó a los dos. La semana que viene se conocerá el índice de pobreza y será una foto vieja ante la dinámica del deterioro. Le será cada vez más incómodo a la señora enojarse con el gobierno, porque en realidad, debería enojarse con ella misma.