Jueves, 22 Septiembre 2022 10:40

"Cristina usa al Senado para apretar a la justicia"

Escuchá el comentario editorial de Cristina Pérez.

¿Ustedes creen, -en serio-, que el tema que debe debatir hoy el Senado de la Nación en sesión especial, es la ampliación de la Corte? ¿De verdad? ¿Ese es el tema que le va a cambiar la vida a los argentinos? ¿Esa es la urgencia ante una crisis insoportable en la que la gente se siente absolutamente abandonada a su suerte por quienes en teoría se encargan de la cosa pública? ¿No es demasiado con dedicarse a las figuritas como si fuera cuestión de estado o andar probando guitarras en Nueva York en un viaje que les pagamos todos?

El gobierno ha abandonado a la sociedad. Está en otra cosa. No le explica hacia donde va. Prefiere no mirar, porque prefiere no hacerse cargo. Elige no mirar. Están ahí arriba por ellos. La agenda del oficialismo es la impunidad de Cristina Fernandez. Y por eso el Senado, hoy, día en que amanecimos sabiendo que la canasta básica llega a casi 120 mil pesos y una jubilación mínima no alcanza ni a completar la mitad de ese costo, y nunca hubo tanto trabajo en negro, no hablará de nada de esto, sino de la ampliación de la Corte. ¿No les da vergüenza? ¡No! ¡No les da vergüenza! Y después se ofenden porque les dicen casta. Son casta. Son la casta de Cristina.

Hace menos de una semana Cristina Fernandez, salió a proponer diálogo con el que piensa distinto y hubo emisarios invocando paz y amor del otro lado de la grieta. ¿Ustedes entienden que el lugar donde dialogan las fuerzas políticas es el Congreso y que ahí, el kirchnerismo está forzando el tratamiento de este tema, metiéndolo a los empujones? No tienen los votos suficientes en Diputados y no cuentan con el acuerdo de la oposición. Pero eso no les importa.

¿Y por qué se dedican a hablar de la ampliación de la Corte cuando no tiene nada que ver con nada de lo que les pasa a los argentinos y cuando tampoco tienen los números suficientes para aprobarla? Porque Cristina está usando el Senado para apretar a los jueces un día antes de su propio alegato en la causa donde está acusada por corrupción. En vez de probar que no cometió delitos, la vicepresidenta usa las instituciones como si fueran su propiedad, alguno de sus hoteles. Y todo ocurre, al mismo tiempo que escandalosamente, su abogado y el mismísimo ministro de justicia salen a amenazar abiertamente a los fiscales que la investigan.

Su abogado, el doctor Beraldi, admitió ante todos que la señora hacía negocios con Lázaro Baez, total normalidad y nada que observar a pesar de que ella era la presidenta y él el más acaudalado patrón de la obra pública en Santa Cruz, su territorio político. Esto sin empezar a hablar de las pruebas presentadas por los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola del direccionamiento de miles de millones a Baez.

Tienen que estar muy alejados de la realidad de la gente para dar este espectáculo de desprecio a los argentinos de a pie.

No van a poder ampliar la Corte. No pasa en la Cámara de Diputados. Y no van a poder contra la Republica no porque lo diga yo sino porque la gente decidió no darles las suficientes bancas para que hagan lo que quieran.  

Pero volvamos. Saben que no tienen los números. Saben que incluso teniéndolos en Diputados luego no alcanzarían ni de casualidad los dos tercios para aprobar los nuevos jueces. ¿Por qué lo hacen entonces? Porque al honorable espacio legislativo Cristina lo usa como escenografía de su propio guión de impunidad.  

Es un apriete a la cabeza del poder judicial. Es una embestida contra la división de poderes. Un intento de convertir a los tribunales en un apéndice del poder político. de diluir su influencia y su arbitrio a la hora de custodiar la constitución. Porque es también una embestida contra la Constitución.

Es lo mismo de siempre. Eso es el kirchnerismo y para eso ha usado al pueblo cada vez que ha podido: para acumular poder. El punto es que ellos acumularon el poder pero el pueblo está en la lona. Y con esto se terminan de caer las máscaras, porque en vez de buscar una solución a los problemas se dedican a esto, de espaldas a la gente.

Quieren una corte adicta, una corte con poderes atenuados, una corte colonizada por la política. Les molestan los límites que pone la justicia. Que son los límites de la constitución. Porque se sienten por encima de la Constitución. Cristina usa el Senado como instrumento para su impunidad y los senadores que se prestan a esta farsa lo saben.

El cálculo es muy sencillo. Mañana Cristina Fernandez hará su propio alegato. Y claramente se espera que sea político. Ella podrá hablar y decir todo lo que considere pertinente. Pero no tendrá la última palabra. Porque en las repúblicas, aunque ella crea que deben sobreseerla sin juicio, a la última palabra la tienen los jueces. Y eso es lo que no soporta. Eso es lo que la desespera. Y no le importa absolutamente nada. Y ¿por qué la Corte? También muy simple. Sólo basta repasar el calendario. A fines de Septiembre, el 29,la semana que viene, la Sala I de la Cámara de Casación analizará si confirma o revoca su sobreseimiento en el Pacto con Iran y por lo tanto si se retoma el juicio oral. ¿Dónde terminan las apelaciones? En la Corte. El 6 de Octubre la Sala IV de la Cámara de Casación comienza a analizar si confirma la condena a 12 años de prisión a Lázaro Baez por lavado de dinero. ¿Dónde terminan las apelaciones? En la Corte. El 10 de Noviembre, y aquí en un asunto mucho más delicado, de nuevo la Sala I de la Cámara de Casación tiene audiencia para tratar si confirma o revoca el sobreseimiento de Cristina Fernandez en la causa Hotesur-Los Sauces. Sobreseimiento en el cual, a pesar de que no está firme, se basó el abogado Alberto Beraldi, para clamar la inocencia de la señora Kirchner en la causa Vialidad. ¿Dónde terminan las apelaciones? En la Corte. Y desde Noviembre a Diciembre se espera que el Tribunal Oral 2, dicte sentencia en la causa Vialidad, y diga si la considera culpable de ser jefa de una asociación ilícita y/o de fraude al estado, y con qué pena. Si con 12 años como pidió el fiscal Luciani, menos que eso o la absuelve. ¿Y saben dónde terminan las apelaciones? En la Corte.

Una Corte que se ha mostrado independiente, y eso es un pecado intolerable para los populismos. Por eso es una Corte demasiado peligrosa. Porque creen que tener poder, es tener impunidad. Por todo esto quieren ampliar la Corte.