Antes de entrar en materia, cabe comentar que, cuando hacemos referencia a las funciones cognitivas, estamos hablando de una amplia multitud de aspectos. Entre ellos, destacan la memoria y el aprendizaje, dos de los más conocidos de este ámbito, aunque no son los únicos. También está la velocidad de procesamiento, el lenguaje, las funciones visoespaciales, la orientación, el nivel de inteligencia o la percepción. Todo el conjunto nos acompaña desde nuestra infancia hasta la vejez y es fundamental trabajarlo en todas las etapas de la vida y las distintas edades.
Es sabido que una buena alimentación es fundamental para mantener un cuerpo sano, pero también para tener un intelecto bien preparado para asumir los retos del día a día. Así pues, todo empieza por la ingesta, algo que es habitual, pero no es suficiente. Es clave realizar prácticas que impliquen un cambio, desafíen la rutina o aporten un aprendizaje nuevo y desconocido. Lo monótono termina no aportando nada extra y, por ese motivo, se anima a enfrentarse a retos y novedades como, por ejemplo, ejercicios interactivos para realizar con otras personas.
Entretenimiento, arte y socialización
Hay una serie de actividades que están categorizadas como cognitivas, lo que significa que estimulan el desarrollo del cerebro. Algunas de ellas son propias de los pasatiempos tradicionales de los periódicos, como podrían ser los crucigramas o los sudokus, que exigen la resolución de un problema. Otras, más populares y habituales en nuestra sociedad, son los juegos de mesa. En ese sentido, uno de los más completos es el ajedrez, que anima a todos los que lo practican a crear estrategias y tácticas para vencer al rival.
En este sentido, no podemos obviar tampoco las populares cartas, con sus múltiples juegos y modalidades. Aprovechando el campo virtual encontramos estas actividades con total naturalidad, como es el caso del black jack online con la experiencia en vivo de un crupier real, que pondrá a prueba al jugador al momento y le animará a afrontar el desafío de sumar o alcanzar el valor deseado de 21. La serenidad y la toma adecuada de decisiones son dos puntos que pueden hacer la diferencia en cualquier partida de esta tipología.
Una de las recomendaciones clásicas de los expertos, independientemente de la edad, es la lectura. Leer, sea en el contexto que sea, mejorará la capacidad de atención y de concentración de la persona. Este hábito se tendría que repetir cada día y es que, con el auge de las pantallas, nunca antes se había tenido tanta oferta como en la actualidad. A los periódicos y libros en papel, ahora cabe sumar las redes sociales, los medios de comunicación online y los libros electrónicos. Ya no hay excusa.
Una parte totalmente diferente del cerebro desarrolla las actividades artísticas. Si bien es cierto que acudir a exposiciones o actuaciones es altamente beneficioso, convertirse en parte activa y realizarlas lo es todavía más. Bailar, escribir o pintar no es cosa solamente de los más pequeños o los más grandes de la casa, sino que es un gran estímulo de la creatividad. Ayuda a expresarse de mejor manera y conocer nuestro interior, del mismo modo que invita a la relajación y la distensión de las exigencias del día a día.
Y terminamos con lo que popularmente se conoce como salir de nuestra zona de confort. Esto se puede resumir con el verbo atreverse y se aplica ya sea a un nuevo idioma, deporte, manualidad, cocina o instrumento. Hay miles de prácticas que se enseñan de forma física o virtual y solo se necesita algo de tiempo y mucha predisposición. Desde hace un tiempo,están muy de moda los cursos en línea que enseñan actividades al gran público o, si ya se era conocedor de alguna de ellas, se dan consejos para mejorarlas.
Sea la actividad que sea, tienen como punto en común la gran mayoría de ellas que pueden llevarse a cabo en una cierta colectividad, lo que fomenta la socialización y la interrelación personal. Ejemplo de ello son las partidas de cartas comunitarias, los clubes de lectura mensuales establecidos en algunos municipios, las escuelas de pintura para todas las edades o las academias de idiomas. Rodeado de otras mentes y compartiendo sensaciones, estas prácticas todavía comportan más beneficios que en solitario.
Sacar el máximo provecho posible
La motivación es un punto fundamental en toda práctica que no es obligatoria en nuestra rutina. Por ese mismo motivo, antes de decantarnos por una de ellas, siempre es recomendable analizar los aspectos positivos que buscamos en ella y lo que queremos lograr. Las finalidades pueden ser tan diferentes como se quieran: beneficio personal, conocer a gente con los mismos intereses, divertirse pasando un buen rato… Por todo ello, es clave afrontar los retos con ganas de aprender y sacar todo lo positivo.
A su vez, uno de los consejos que dan los especialistas del campo cognitivo es que se ponga especial atención en la tarea. En la era actual, con tantas distracciones al alcance de la mano, la capacidad de concentración está en retroceso. Para luchar contra ello, es fundamental focalizarse en aquello que se está haciendo, dando lo mejor de nosotros mismos, y alejarnos, por un tiempo si es necesario, de aquellos estímulos exteriores que nos pueden desconcentrar. Nunca había habido tantas opciones distintas de hacer trabajar al cerebro
