"Pandemia, elecciones presidenciales y la cuestión de la libertad"
Lunes, 01 Mayo 2023 15:34

"Pandemia, elecciones presidenciales y la cuestión de la libertad"

Escuchá el comentario editorial de Cristina Pérez.

¿Hasta qué punto el trauma de la pandemia impactará en las próximas elecciones presidenciales?

En la vorágine de vivir en la Argentina, la pandemia parece haber quedado en una especie de prehistoria. Sin embargo, esa sensación de que ocurrió en la lejanía, parece ser más resultado del estrés post traumático por el cual no queremos ni recordarla. En los hechos, ya las elecciones legislativas estuvieron impactadas de lleno por las restricciones de la cuarentena: el enojo por las escuelas cerradas, el enojo por las empresas fundidas, el enojo del que no podía ni salir a hacer una changa para llevar un plato a su mesa, fueron determinantes. 

El gobierno encontró el límite a su lógica clientelar cuando vio que ni el IFE, ni los bonos ni los aportes a las empresas podían sustituir el trabajo y sobre todo la libertad. Aquéllas políticas incluyeron una importante emisión de dinero que sin actividad por el encierro no impactaba del todo en los precios. Pero su efecto retrasado se vería, al abrir la todo. 

Independientemente de lo económico, el avance por decreto sobre las libertades garantizadas por la constitución en una magnitud desconocida desde la dictadura, con el argumento de la urgencia sanitaria, hizo mella en todos los sectores etarios pero principalmente en los jóvenes. 

Los efectos de la pandemia aunque parezcan lejanos están definitivamente presentes. En los hechos, puso en discusión como nunca antes la cuestión de la libertad. Al debate permanente por las libertades económicas afectadas hasta la asfixia por todas las formas del cepo, se sumó el debate por la libertad más concreta, que tiene que ver con lo físico más básico, con transitar, con decidir sobre la propia vida, en contraste con un sistema de control del estado que hizo de los contagios un método de disciplinamiento y sospecha. El que osaba oponerse estaba en contra de la vida. Otra que caza de brujas. Mientras en los países centrales la cuarentena se convirtió en un régimen intermitente luego de los primeros tres meses de la pandemia, en Argentina se extendió por ocho interminables meses con consecuencias económicas y psíquicas que siguen hasta hoy. 

Los expertos siguen discutiendo la pandemia mental que en niños y adolescentes tuvo efectos muy complejos. La tragedia educativa resultante es uno de ellos. A eso se suman los efectos psicosociales en etapas de desarrollo vitales. En el caso de los jóvenes, que vieron afectados los momentos en que suelen liberarse de sus familias, detenidos por el encierro, la experiencia moldeó aspiraciones y también la conciencia política. 

Es imposible separar la pandemia del fortalecimiento de ofertas políticas como la de Javier Milei, especialmente entre los jóvenes. Y el liderazgo encarado por Patricia Bullrich desde la oposición, cuando parecía un taboo pedir por las libertades constitucionales más obvias. Esos dos candidatos son un ejemplo claro de cómo el encierro pandémico moldeó las expectativas electorales de cara al experimento autoritario que profundizó el gobierno kirhcnerista. En el caso de Horacio Rodriguez Larreta, su determinación en abrir las escuelas, lo llevó a lo más alto de la ponderación social y lo redimió un poco de aquélla primera sociedad obediente que había tenido con el Presidente y el gobernador Kicillof cuando los runners eran culpables de todos los males del planeta. La propia candidatura de Fernan Quiroz en la ciudad es hija del prestigio que le otorgó una gestión sensata y sin los abusos de la nacional. 

Días pasados, el presidente de la Nación, lloró en una entrevista por un agradecimiento de personas que valoraban haber tenido una cama para sus seres queridos fallecidos por Covid. El propio Fernandez, que nunca lloró por la fiesta clandestina de Olivos, por el vacunatorio vip o por la demora en traer las vacunas norteamericanas, también perdió la oportunidad que a su liderazgo le ofrecía ese tiempo de excepción. 

Cuando Cristina Kirchner busca en las recetas económicas de los noventa la única respuesta para el abandono en masa de los jóvenes del espacio k, olvida lo que ellos les hicieron en su pasado reciente. También olvida que no son las recetas de los noventa sino las realidades del siglo XXI y su versatilidad económica las que se oponen a la idea intervencionista de la economía que ella pregona y que básicamente son las opuestas a las de la libertad. Argentina, que ya no permitía ahorrar en una moneda fuerte con todos los cepos habidos y por haber, suma con la inflación el sistema más perverso de destrucción del esfuerzo y el más feroz impuesto a la pobreza. 

Es curioso, porque parece difícil en un contexto de grave crisis económica, encontrar el espacio mental para celebrar cuarenta años de democracia, más aún, con las deudas incumplidas de tantas promesas. Sin embargo, también la pandemia es un indicador cercano de la importancia de los beneficios de la libertad garantizados por la Constitución de la que hoy se celebra su día por aquél 1 de Mayo de 1853 cuando hace 170 años fue proclamada con valores que aún hoy la hacen una de las más vanguardistas en materias de garantías individuales. 

En tiempos donde incluso líderes locales como la propia Cristina Kirchner, pero no sólo ella, coquetean con rancios regímenes autoritarios, decadentes como Cuba y Venezuela, o emergentes y temibles como Rusia y China, no hace falta regresar a los años oscuros de la dictadura para encontrar la sombra de mortíferas tiranías rondando en el presente. Valores esenciales de la república, la democracia y la más vital libertad, enraizados en la tradición de Occidente, impregnan de renovado sentido las elecciones de un año difícil.