Es muy raro tener que explicar que en el gobierno se va gente por guerras internas, pero no por el desastre que hay en la economía. O que esas guerras son el problema para ellos y no los problemas que son los problemas para todos.
Un gobierno que le asigna más importancia a los off the record que a la gravedad de la crisis sólo ofrece otra prueba de la enorme negación de la realidad que el poder escenifica todos los días en Argentina mientras la gente la pasa cada vez peor.
Para decirlo de otra manera: tienen que estar muy mal las cosas antes, para que un rumor te dispare el dólar 20 pesos en dos días.
Uno diría que lo raro es que no renuncie nadie el día que se conoce el 7,7% de inflación y que todo siga como si nada, y crean que basta con que algún funcionario de ocasión diga que la inflación le duele en vez de reconocer que lo que vienen haciendo no funciona mientras continúan haciendo lo que no funciona.
Dicho esto, primero lo primero: háganse cargo del dólar a 420.
Pero ahí vamos: La línea de alta tensión entre el ahora renunciado Antonio Aracre y el ministro de Economía se gestó desde su ingreso mismo al gobierno como Jefe de Asesores del presidente. La presencia de Aracre era leída como una amenaza en Economía. Como si fuera un competidor para Massa. Y tal vez lo era, pero la locura es que el gobierno funcione así, como si fueran opositores los unos de los otros.
Ni bien había entrado Aracre, sus dichos sobre la necesidad de una reforma laboral ya habían generado resquemor en los sindicatos. Luego un episodio donde se le atribuyó un plan de desdoblamiento cambiario y sus trascendidos comenzó a abrir turbulencias que se recalentaron ahora con versiones en off que lo consignaban como relevo de Sergio Massa en el Ministerio de Economía.
En Economía culparon a este rumor de la disparada del dólar y eso gatilló la salida del funcionario que llevaba sólo tres meses en el gobierno. Veamos qué dicen ahora si el dólar no baja o sigue subiendo.
Por lo pronto el jefe de gabinete no tardó en encontrar el nuevo culpable. La suba del dólar es culpa de la oposición dijo Rossi.
No se hacen cargo de que gobiernan. Ni se hacen cargo de que devalúan.
Pero el gran problema para el mercado y también para la gente es que ante una crisis mayúscula, nos gobierna una locademia de internas donde se contradicen entre sí todo el tiempo y donde no hay un plan serio cuando la situación se agrava.
La disfuncionalidad ya es total. El ministro de economía parece el presidente, el presidente parece un extra en su gobierno, y la vicepresidenta que siguen siendo la gran artífice de todo, actúa como si no tuviera nada que ver. Todos ellos están más enfrascados en la guerra por las candidaturas que en tomar alguna medida de fondo. Massa ya actúa como candidato y el presidente no se baja de intentar la reelección. Tienen realmente un optimismo admirable en creerse con chances en medio de este desastre.
En síntesis, mientras los argentinos atraviesan una crisis dramática, ellos solo se dedican a ver cómo se quedan ahí arriba sin siquiera disimular que no nos registran.
En el fondo lo que detona la última escalada es la pregunta de cómo van a hacer para seguir no haciendo nada con todo lo que pasa. El gobierno ha elegido el desgobierno como forma de permanecer en el poder. Creen que tiene menos consecuencias electorales no hacer nada que hacer algo y pagar los costos. Pero es demasiado tiempo el que falta para las elecciones y demasiado urgentes los problemas. Y ahí están esperando que nadie se dé cuenta que la bomba ya estalló y es toda de ellos.