“Berni, despacito, no soy un malandra, soy un chofer de colectivo”: la frase quedará en el recuerdo como una de tantas cosas que parecen estar al revés. ¿Por qué no detienen a los malandras en vez de detener a un trabajador?, es la pregunta que queda entrelíneas en la expresión del colectivero apresado.
Las mismas fuerzas de seguridad que se borran para perseguir a los narcos hacen un aparatoso despliegue para detener a dos choferes de colectivo a los que no pudieron cuidar lo suficiente como para que no maten a otro de ellos de un tiro en el pecho.
Estuvo mal que le pegaran a Berni, muy mal, y, es más, configura un delito. ¿Pero hacía falta este circo?.
Están acusados de atentado contra la autoridad, articulo 238, con lesiones graves, articulo 90. En un principio se habló de lesiones leves, pero informan que el parte médico derivó en el cambio de carátula por un traumatismo cráneo facial sufrido por Berni. Seguramente el viernes serán indagados. Pero sólo si hay peligro de fuga o entorpecimiento de la investigación deberían aplicarles la prisión preventiva.
Los operativos realizados en forma conjunta por la policía de la Ciudad y la Bonaerense responden a denuncias de la fuerza porteña y del ministerio de justicia de la provincia.
Las detenciones de Jorge Galiano y Jorge Zerda esta madrugada en Laferrere y Lomas del Mirador, oeste del conurbano, fueron realizadas en el marco de un impactante operativo, con efectivos fuertemente pertrechados, que les ordenaron entregar sus celulares y tirarse al piso, donde fueron esposados.
Allí se escuchó a uno de ellos dirigirse a Berni, aunque no estuviera en el lugar: “Berni, despacito, no soy un malandra soy un chófer de colectivo”.
El propio Berni cambió de idea en estas horas y también decidió impulsar la denuncia contra los choferes. El primer día había dicho que no los denunciaría.
De no denunciarlos a mandar un cuerpo policial especializado en delincuentes peligrosos. Fuentes del operativo por parte de la ciudad a las que consultamos por la magnitud del despliegue se manifestaron sorprendidos de que la provincia haya incluido en el operativo conjunto a la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas, que es un grupo muy preparado pero que se especializa en delitos peligrosos. ¿Lo ameritaban los colectiveros? Le consultamos esto al Ministro Berni, y aún no tenemos respuesta.
En las últimas horas la versión del hecho ofrecida por las autoridades bonaerenses ya fue desmentida por varios testigos. Ningún auto cruzó al colectivo, y tampoco hubo un golpe del estilo de los asaltos a blindados. Se podrían haber ahorrado semejante delirio sólo con ver los videos disponibles donde no aparece ningún vehículo cruzando a la unidad de la línea 620. Más bien relatan que el auto estaba esperándolos en la otra cuadra. Al gobernador le faltó decir que al auto lo manejaba Patricia Bullrich.
Se investigan dos delitos: el crimen a sangre fría de un colectivero y la agresión a un ministro durante la protesta de sus compañeros por la falta de seguridad que padecen y por las promesas incumplidas durante años para revertirlas.
¿Quién cuidó a Daniel Barrientos? ¿Cómo cuidarán a sus compañeros para que no les pase lo mismo?
Desde ayer la línea 620 ya no entra en la zona donde ocurrió el crimen de Daniel. Lejos de esperarse una saturación policial que garantice el transporte público en el lugar, los vecinos se quedaron sin colectivos. Refieren que les quedan pocas opciones: caminar quince cuadras a la hora de la madrugada en la que salen a trabajar o tomarse los “remisitos”, esos que los llevan por mucho más dinero que el boleto, hasta el lugar en el que puedan subirse a un micro.
Antes del crimen de Daniel, no podían asegurarles que lleguen sanos y salvos en colectivo, ahora tampoco pueden asegurarles el colectivo.
Pero eso sí, los choferes que le dieron la piña a Berni, están detenidos.