El confinamiento golpeó de lleno a la economía argentina con una caída récord de la actividad en el semestre comprendido entre marzo y agosto. Lógicamente el contexto no es ajeno a la industria láctea, que arrastra un derrumbe ininterrumpido de diez años. Según cifras oficiales, sólo las ventas por “Gastronomía y Hotelería” cayeron un 34% entre marzo y junio.