César "Banana" Pueyrredón, un prócer de las historias de amor
Miércoles, 21 Octubre 2020 15:36

César "Banana" Pueyrredón, un prócer de las historias de amor

Integrante de una familia ilustre, encontró en la música la forma de vencer su timidez. Enamorado de la misma mujer hace más de 40 anos, es el autor argentino que enamoró a más generaciones con sus temas. Desde hace cinco décadas es un referente indiscutido de las canciones de amor, pese a reconocerse en su vida muy poco romántico. El cantante repasó su vida, su historia y recordó la historia detrás de algunos de sus éxitos.

Tiene un apellido ilustre y, aunque no usa su segundo nombre, lleva también en su DNI el sello de una importante avenida porteña: Honorio Pueyrredón. Sin embargo, a César Honorio Pueyrrerdón todos lo conocemos por el apodo que heredó de la que fue su banda: "Banana".

César, último de ocho hermanos. Nieto del diplomático, abogado y político Honorio Pueyrredón, hijo de Ricardo, prócer de la publicidad, y de Elena Tornquist, descendiente del empresario Ernesto Tornquist, el árbol genealógico de César tiene infinidad de ramas ilustres o populares. Esa lista incluye de Prilidiano Pueyrredón a Fabiana Cantilo o Patricia Bullrich.

Creció en una familia numerosa, vivió parte de su infancia en el exterior y desde muy chico supo que la música era lo suyo, ya que tenía oído, decisión para estudiar y necesidad de encontrar en las canciones una manera de vencer su timidez: “Las canciones me ayudaron muchísimo a relacionarme. Yo a los 12 años me moría de vergüenza parándome frente a una chica, pero subía a un escenario, le cantaba una canción y no tenía ninguna vergüenza. Ahí me dí cuenta que mi timidez y mi introversión quedaban de lado. Mi primer amor fue a los diez años. Estaba enamorado de una compañera de banco del colegio, pero era muy vergonzoso y no me animaba a hablarle. Ahí fue que compuse mi primera canción: se llamaba ‘Dile a ella que la quiero. Desde chico me costó encarar, era muy tímido, pero la música me salvó".

El amor está presente en su vida desde sus primeros recuerdos, con una infancia tranquila en familia y mucho fútbol. Más allá de alguna que otra queja de parte de su madre por quedarse cantando hasta tarde en la madrugada, siempre lo apoyaron en su carrera artística. En sus recuerdos, siempre surge el de su padre, quien fue uno de los primeros publicistas reconocidos del país y quien más creyó en él: "Él tenía una gran agencia y estaba muy ligado a los medios. Fue el primero que hizo un aviso en un canal de Yankelevich. Laburó también con Alfonsín y fue embajador de Illia. Le debo muchísimo a mi viejo. Soy el último de ocho hermanos y parecía que era al que menos bola le iban a dar. Él vio que era creativo. Me estimuló mucho. Me apoyó y creyó en mí. Eso fue muy importante en mi vida y mi carrera. El mejor consejo que me dieron en la vida, me lo dio él y aun hoy me acompaña:"Esforzate por ser vos mismo, aunque te critiquen. Nunca te bajes del escenario sin lucharla". Relató César emocionado.

Comenzó a tocar piano a los 10 años. Su formación académica incluye la licenciatura en composición en la Facultad de Artes y Ciencias musicales de la Universidad Católica Argentina, donde se destacó por su promedio elevado. Sus primeras bandas las formó con uno de sus hermanos y algunos compañeros del colegio. A los 17 años, antes de terminar el secundario, se puso al frente de Banana, la carta de presentación que necesitaba para hablarles a las chicas. Jamás se imaginó que con el grupo editaría cinco discos, que como solista lanzaría otros 13, y que con canciones como “Conociéndote”, “No quiero ser tu amigo”, “Nadie podrá hacerme olvidar” y “Nuestro amor comenzó a vivir”, pasaría a formar parte de la cultura popular argentina.

Su salto a la fama vino de la mano de "Banana", una banda que alcanzó popularidad en la década de los '70, se disolvió en 1984 y le dio a César la fama y el apodo de por vida: "Éramos chetos que nos hicimos populares. El primer show fue en Isidro Casanova, así que ahí no estaba el chetaje", aseguró.

A los 17 años, grabó su primer disco con Banana y, de allí en más, nunca dejó de componer, grabar y presentarse en vivo. Desde entonces, nunca perdió el afecto del público, ya que, como a pocos artistas, a César ayudo a enamorarse a varias generaciones.

En cuanto a cómo comenzó su etapa como solista y que lo impulsó, César recordó: “Yo cantaba los clásicos del grupo y atrás tenía tres o cuatro músicos que me acompañaban, y un día dije “empiezo mi carrera como solista”, así podía firmar mis temas y tenía la independencia para experimentar más".

Los éxitos en su carrera son muchos, pero ‘Conociéndote’ es la canción más pedida al artista y la que más problemas le trajo en su vida personal: “Si tengo que elegir las canciones más importantes. Sin dudas una de ellas es ‘Conociéndote’ que fue mi primer éxito. Yo estudié composición en la Universidad, ahí conocí a una chica y fue una relación de cuatro meses que dio una canción eterna. La gente la aceptó rápidamente. Con el tiempo cuando conocí a mi mujer me trajo problemas, ‘celos retroactivos’ no quería que la cantara jajaja. Obviamente, después tuvo sus canciones. ‘Cuando amas a alguien’ es una de ellas. Yo estoy casado hace más de 40 años y a veces llego a la conclusión que “Banana” Pueyrredón es más romántico que César Pueyrredón (risas). El otro tipo es más poético, encuentras las palabras, las metáforas, sabe cómo seducir. Yo personalmente, abajo del escenario, soy un tipo discreto, reservado, no exploto de romanticismo y mi mujer a veces me dice “me gustaría que aparezca el afiche en algún momento” (risas). Pero yo le digo que no se enamoró del afiche, sino del hombre. Tenemos una relación muy profunda, una comunión de muchos anos, y eso supera al romanticismo. Cantarle al amor es mi trabajo y lo hago porque me encanta. Soy romántico como todo el mundo, pero cuando me pongo en el poeta, subo ese escaloncito más arriba".

“Es emocionante generar tanto en la gente. Me cuentan infinidad de historias maravillosas. Jamás imagine ser el Cupido de tantas generaciones. Todo el tiempo me paran por la calle -cuando se podía salir- y me dicen “conocí a mi mujer”, “me enamoré” o “me casé” por una canción mía. Hay gente que hasta se volvió a encontrar con un ex a través de mis temas, pero una vez lo vi en el momento que sucedió. Me había contratado un tipo para tocar en una disco de Catamarca. Así que fuimos y esa noche se me acercó, y me dijo: “Hace cinco años que estoy separado de mi mujer y ella va a venir porque le gusta tu música, así que dedicale una canción”. Canté “Nadie podrá hacerme olvidar” y cuando terminó el show vino él con su ex mujer a saludar. Estaban agarrados de la mano. Le sonreí y me dijo: “Cuando cantaste esa canción nos miramos a los ojos, nos agarramos de la mano fuerte y nos corrió una electricidad por el cuerpo… decidimos intentarlo de nuevo. Evidentemente ellos tenían algo pendiente y la canción lo que hizo fue dispararlo. Pero no sabés la satisfacción humana y artística que me dio”. Fue muy fuerte.

A los 68 años y con su caudal de voz intacto, al igual que sus ganas y su emoción por conmover con la música, sueña y asegura que estará sobre los escenarios pasados los 90 y que trabaja mucho para ello: “Agradezco cada día el reconocimiento y cariño del público. Es emocionante que después de 50 años que empecé a cantar la gente me siga apoyando. Cuando empecé no soñé ser un clásico, hoy lo disfruto y busco serlo. Busco que mis canciones se escuchen también dentro de 20 años.”Afirmó César “Banana” Pueyrredón, que desde hace cinco décadas es un referente indiscutido de la balada con temas que, para muchos, se transformaron en la banda de sonido de sus historias de amor.

Su vida, su infancia, anécdotas, travesuras y su historia completa, en su propia voz, aquí en Íntimamente con Alejandra Rubio.