Alfredo Silva: "El humor me ayudó a superar el bullying"
Martes, 22 Diciembre 2020 15:19

Alfredo Silva: "El humor me ayudó a superar el bullying"

El reconocido cómico argentino. Nació con una malformación de cráneo que alteró la ubicación natural de sus ojos y transitó su niñez con la cruz de las burlas. De adolescente lo operaron y su destino cambió para siempre. En Íntimamente con Alejandra Rubio, repasó su vida: su infancia, el bullying en su adolescencia, sus comienzos, el cariño del público y como superó sus complejos riéndosele de si mismo. Conocé su historia.

Alfredo Silva comenzó ganándose un nombre en el circuito de bares y pubs de Buenos Aires hasta llegar a presentar sus propios shows y ser uno de los cómicos más requerido en la actualidad. Conquistó al público en “Peligro Sin Codificar” y lo sigue haciendo en varios programas, incluido el legendario “Polémica en el Bar”. Rápidamente se convirtió en un fenómeno del humor en redes sociales y grupos de whatsaap, ganándose el cariño de grandes y chicos.
El humorista Yayo Gurini lo bautizó ‘la ametralladora del humor’ por su forma de contar mil chistes en pocos minutos. El desdramatizar las burlas y reírse de sí mismo, lo convirtieron en un gran ejemplo de resiliencia. En el programa de Johnny Allon en Canal 26 hace una parodia de Chirolita: “Le puse Virolita, por el tema de los ojos, ¿no? Porque tengo una desviación en el ojo izquierdo. Me gusta mucho jugar con mi aspecto porque de adolescente sufrí bullyng, por mi aspecto físico, por no ser muy atractivo. Sé lo que es la agresión y lo que duele. Sé cuando la cargada es con ironía y cuando es con agresividad o hiriente. Nací con el ojo izquierdo muy afuera además de desviado. Era impresionante como lo tenía para afuera. Lo que tenía se llama Síndrome de Crouzon y es una malformación en el cráneo. Me operaron a los 18 años. Siempre les voy a estar agradecidos a mis padres porque pagaron por la operación. Me mandaron el ojo para atrás, para que quede parejo con el otro me acomodaron bastante todo. Aunque el estrabismo me quedó. Después de todo eso empecé a jugar con mi aspecto en mis monólogos y hago una biografía de mi vida desde que nací hasta el día de hoy. Y me cargo mucho con la vista. La cara es el fuerte mío, reírme de mí mismo, fue mi gran acierto y algo separador”.
Su vocación por el humor surge a muy temprana edad:”Mi vocación del humor surge desde chico, soy humorista desde la cuna. Hacer reír es lo más lindo que hay. Era el que contaba chistes en reuniones familiares, en el colegio, en rondas de amigos. Siempre fue mi forma de ganarme el cariño y la simpatía de los demás. En la época de los cassettes me compraba uno de música, me gustaba el rock, pero también me traía uno de Luis Landriscina, del “Negro” Álvarez o de “Cacho” Buenaventura. ya a los 10 ó 12 años me compraba libros de chistes. El humor y el contar chistes era un vicio desde pequeño. Empecé (profesionalmente) en una radio de Gral. Pacheco, partido de Tigre, producía mi propio programa sin auspiciantes. El dinero lo obtenía de mi trabajo. Yo trabajaba en un astillero y, como vivía con mis padres, lo que ganaba lo usaba para sustentar mi espacio en la radio. Así con mucho esfuerzo, pero convencido que era lo que amaba, comencé. Sabía que tenía que invertir para ganar y no me equivoque. Hoy miro hacia atrás y entiendo lo necesario que fue para mis comienzos”.
Refiriéndose a sus inicios en televisión, Alfredo detallo:” Luego de la radio probé suerte en Crónica TV. con Anabela Ascar. Ahí fue mi primera aparición en televisión. Yo era operario de un astilleros en Tigre. Cuando empecé a ir a Crónica, me tenía ir temprano del trabajo. Me pegaba una ducha y me iba al canal. Al otro día, recuperaba las horas. Con Anabela arranqué en el 2009. Estoy muy agradecido con ella. Siempre recuerdo que me dijo: ‘Tenés una cara especial. Tu humor es paranoico’. Yo había ido todo bien peinadito, con un traje serio, y ella me sugirió crear un personaje, que la gente creyera que yo estaba loco. Y le hice caso. Empecé a comprarme trajes de colores y a cortar el pelo de forma desmechada para que parezca que soy un muñeco o que tengo una peluca y funcionó. Su consejo me abrió las puertas del mundo del espectáculo”.

“Y así fui armando mi personaje – continuo Silva-. Gesticulo mucho. Con la cara, con la mirada, me río de mí mismo. Me cargo que soy feo, ese es el estilo mío (risas). Lo mío lo defino como un “humor paranoico”, porque represento a un personaje que está totalmente loco. De hecho en los eventos (muchas veces), me bajo del escenario, me subo a un parlante, trato de no pestañear. Parece que no estoy en mi sano juicio. Ese es mi personaje, entrar despeinado, ojos desorbitados, con la corbata torcida. Jugar con esa estética es mi fuerte. Ese es el personaje que fui creando y mi estilo. Cada humorista tiene un estilo propio y que yo respeto. Me río de mí mismo pareciendo alguien no muy cuerdo. Muchos piensan que tomo, que mi estética es porque estoy borracho, pero yo no tomo, ni fumo. Es solo un personaje”.


Siguiendo con su relato cronológico, el humorista detalló:” Seguí en el astillero hasta que me empezaron a llamar de Sin Codificar, se me complicó. Y llegué a un punto en el que tuve que elegir. Entonces hablé con mi jefe, con el que tenía una muy buena relación. Le expliqué la situación y me dijo:’Vos probá. Y si te va mal con el humor, acá tenés las puertas abiertas para volver’. Siempre le voy a agradecer. Fue una decisión muy difícil porque siempre fui muy responsable con el trabajo y no sabía que iba a pasar con el humor. Pero no paré más, aunque fui creciendo de a poco. La televisión me sirvió para que me conozcan y eso me trajo mucho trabajo. El humorista vive más que nada de los eventos que hace y, gracias a Dios, la televisión me sirvió mucho para que la gente me conozca”.
Y “el pibe de los astilleros” paso de una radio comunitaria, solventada por el mismo, hasta una presentación triunfal en la Cadena Caracol de Colombia:”Fue casi un sueño, estuve en Colombia, en la Cadena Caracol contando chistes, representando a la Argentina. Fue un gran orgullo para mí estar y el recibimiento del público. Era otro país, otras costumbres, no sabía si se iban a reír de mis chistes, de mi humor. Cuando el público se empezó a reir y aplaudirme fue hermoso. Después me anime a ir a otros países: Uruguay, Paraguay, Chile. Estudio un poco su humor y después le pongo mi impronta”.
El futbol y el humor están unidos en el corazón de Silva. Cumplió el objetivo de hacer reír a Juan Román Riquelme y muchos clubes, no solamente disfrutan de su show, sino que lo han usado mucho como cábala. Y así lo cuenta el humorista:” Dicen que doy suerte jajaja y, no se si es por la buena onda, pero algo se genera y las cosas mejoran siempre. Por ejemplo, fui a contarles chistes a los jugadores de Defensa y Justicia y a partir de ahí hicieron un campañón. Ferro venía perdiendo mucho y me llamaron el día en que le ganaron a Alvarado, cuando yo había ido a la concentración. Lo mismo en Dálmine, en San Lorenzo, también en Racing… Y da la casualidad de que como muchas veces que yo voy los equipos ganan, me siguen llamando. Pero en especial recuerdo una vez que me llamaron de Boca y fui el único que lo hizo reír a Riquelme.Ese fue uno de mis mayores logros. Yo toda mi vida fui hincha de Ferro, pero resulta que mi amigo Carna es de Boca y me contactó con la gente del club. En ese momento, Bianchi era el técnico y me llamaron para hacerles una sorpresa a los jugadores de Boca en Casa Amarilla. No me olvido más que Marcelo London, el dirigente, me dice: ‘Vos salí y contales chistes a los jugadores y no te preocupes si Riquelme no se ríe porque él es especial’. Dicho y hecho. Habían terminado de comer, yo entro al lugar y me empiezan a aplaudir todos menos él. Me miró de reojo. Hasta que empecé a contar chistes y, creeme lo que te digo, Riquelme fue el que más se rió. Le pegaba piñas a la pared… Riquelme quedó sorprendido y me preguntó cómo hacía para acordarme de tantos chistes. Nos quedamos charlando un rato, aunque de lo que menos hablamos fue de fútbol. Después de eso quedó muy buena onda y he ido a eventos particulares para amigos suyos, y lo mismo con otros jugadores”.

Entre sus logros más preciados se encuentra el haber revertido un abucheo de miles de personas en aplausos:”Hace tres o cuatros años, Boca jugó un amistoso contra el Villareal de España en la Bombonera. Me dieron un micrófono inalámbrico y me hicieron entrar en el entretiempo a contar chistes. Solo ante 40 mil personas. Había insultos, silbidos... No me daban pelota. Imaginate que el sonido en una cancha es una cagada y yo escuchaba que desde todas las tribunas me insultaban, me silbaban… ¿Y sabés cómo lo solucioné? Se me ocurrió empezar a cantar: “Y ya lo ve, el que no salta, se fue a la B’. Después del cantito empecé a contar chistes en contra de River y la gente ahí me empezó a aplaudir, empezó a escucharme. Parecía un barra brava. Sabía que no podía irme abucheado y logré la ovación. Gracias a River, me los puse a todos en el bolsillo. Y me fui aplaudido. Después de eso, no le tuve miedo a nada más”.
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“Lo importante en el humor es renovarse todo el tiempo, un cantante por ejemplo tiene una buena canción y se la van a pedir 200 mil veces, el chiste sirve una vez nomás. Se acabó la paciencia de escuchar. Salvo el que hace stand up. Es otra cosa, es humor americano. Muy bueno pero para cierto público, selectivo. En cambio, el chiste es universal, no pasa de moda. No tiene derecho de autor, va de boca en boca. Inventé chistes que andan por todos lados y no quedan registrados, como una canción que tiene un autor. Yo tengo la suerte que no se me olvida ningún chiste. Vos me lo contás una vez y listo. De hecho, eso me da la capacidad de no repetir ningún espectáculo y de adaptarme a todos los públicos. Es una cosa increíble porque a veces no me acuerdo donde dejé las llaves pero me cuentan un chiste una vez y no me lo olvido más. Para mí el secreto del humorista es saber seleccionarlos. No cuento los que me gustan a mí sino los que quiere el público. A veces acierto y otras me equivoco. Tuve buenos consejeros en todo este tiempo como Yayo, que me apodó La ametralladora del humor, Gustavo Paván, Diego Korol, Carna y muchísimos otros”. Detalló el humorista”.

Producido por Darío Arellano y con idea de instalarse hasta marzo, desde el 26 de diciembre en el Teatro Atlas de Mar del Plata, Silva debuta con “Los cuatro Fantásticos”; un espectáculo de humor junto a Alacrán, Carna y Diego Perez. Además, actualmente los domingos, se lo puede ver en ‘Carna a la Parrilla’, en Crónica, en canal 9 con el cocinero Ariel Rodríguez Palacios y en “Polémica en el Bar”. Un humorista que no para de trabajar y hasta se reinvento realizando zoom en la pandemia.

Refiriéndose a su futuro y confesando su sueño más intimo como artista, Alfredo Silva aseguró: “Mi sueño es seguir creciendo, la carrera del humorista no tiene fin, como la de un futbolista que se retira y puede hacer su carrera como técnico. El humorista mientras esté bien de salud, se puede subir a un escenario y si tiene bien las neuronas para desarrollarse y renovarse, puede contar chistes todo el tiempo. Lo lindo de la carrera del humorista es la longevidad del oficio. Mi sueño es estar siempre en la TV. (la pantalla ayuda mucho), las redes sociales y los videos también”.
La realidad superó la ficción. El niño discriminado que tanto sufrió, cumplió el sueño de popularidad, lograr una carrera y conquistar, lo más deseado, el cariño de la gente. Un hombre que no se quedó en el lamento, se inventó a sí mismo, y cumplió su sueño.
Su vida y su historia completa, en su propia voz, aquí en Íntimamente con Alejandra Rubio.