Miércoles, 24 Abril 2024 14:28

"El gobierno debería incluir la Educación en el Pacto de Mayo"

Volvé a escuchar el comentario editorial de Cristina Pérez en Cristina Sin Vueltas.

La gran marcha educativa que le marcó un límite al gobierno de Javier Milei y le permitió a la oposición intentar reconectar con la ciudadanía dejó en evidencia el profundo cambio que ya había implicado el triunfo de un presidente libertario, pero en otra faceta.

No fue una movilización traccionada directamente por la política, aunque un tren de impresentables que aún no pide perdón por el desastre que dejaron haya intentado sacar provecho de un baño de multitud. Tiene razón Juan Grabois que en un mensaje que dirigió a Milei dijo: “Aunque hayan ido todos los dirigentes políticos del país, desde los más oportunistas hasta los más comprometidos, no es la "política", ni los zurdos, ni los peronchos, ni ninguno de nosotros, orcos horribles para usted, los que hicimos esto. No tenemos ese poder, como usted y su partido tampoco lo tienen”.

Que la marcha más importante hasta ahora contra el gobierno haya sido por la universidad pública, muestra un orden de prioridades de la sociedad que también en su vertiente de reclamo se movilizó por una consigna de progreso que hasta puede considerarse esencialmente liberal.

Hoy, la CGT, que debió montarse sobre el reclamo universitario, debe sentirse interpelada por su irrelevancia. Debieron encaramarse tras las pancartas universitarias para una convocatoria con legitimidad. Sus propias protestas sólo sacan a desfilar el desprestigio social que los envuelve en un pueblo de sindicalistas eternos y millonarios y trabajadores pobres, desde mucho antes que llegara Milei.

Al gobierno le habría bastado con leer bien las encuestas que maneja y observar que las universidades aparecen en todos los informes como las instituciones más valoradas del país. Luego aparecen las Fuerzas Armadas. O tener el sentido agudo que le permitió -contra sus propios dogmas-, intervenir en los aumentos de las prepagas. Ayer Osde anunció que la cuota de Mayo será 22% más baja. Prepagas y Educación son los dos pilares de la Argentina de clase media, hoy. Habían sido sensibles con los colegios, pero mezclaron mal el valor social de la educación pública universitaria con la opacidad de referentes políticos cuestionables como el vicerrector Emiliano Yacobitti.

El éxito de la marcha de ayer, no tapa sin embargo, que los gestores universitarios le deben a la sociedad mayor transparencia en sus cuentas y también una adaptación de sus programas para el mundo actual. Hoy se supo que el Congreso debe pedir las auditorias de las casas de altos estudios y que apenas ordenó una en una facultad de la UBA en estos diez años. También está el punto crucial que toca la experta Guillermina Tiramonti cuando señala que apenas el 10% de los graduados universitarios vienen de los sectores más pobres de la sociedad. ¿Y la movilidad social? Para cambiar eso los intendentes del conurbano que ayer se interesaron tanto en la marcha universitaria, por lo menos deberían preocuparse porque los chicos terminen el secundario. Al igual que los piqueteros que sacaron esa exigencia apenas pudieron y que hubiera sido una forma de ayudar en la movilidad social a los hijos de sus beneficiarios. ¿Antes no les importaba la universidad? Cada año 180 mil chicos deja la escuela secundaria y sólo el 13% termina en tiempo y forma. Cuidado con la generación que no podrá entrar a un nivel terciario porque queda en el camino.

La marcha de ayer también fue una marcha de oportunistas, si uno mira algunas caras. Al gobernador Kicillof tuvieron que hacerle una protesta masiva los padres y chicos que pedían que abriera las escuelas en la pandemia. El que ayer puede alegar coherencia, más allá de su derrota en la interna, es Horacio Rodríguez Larreta que cosechó su mejor momento precisamente cuando se opuso al gobierno de Alberto Fernández y decidió luchar hasta en la justicia para mantener las aulas abiertas. Luego devino en un opositor tan débil que se diluyó entre Milei y Bullrich. Ambos siguen en el podio de políticos con mejor imagen.

Que la reaparición de Sergio Massa en la escena pública haya sido ayer, es también coherente con su habitual descaro. Fue por su acuerdo que el presupuesto que le hubiera garantizado los fondos a las universidades no se trató en el congreso el año pasado.

Javier Milei fiel a su estilo, no pareció conmoverse con la marcha, pero puertas adentro se preocupó de que se cuidara a los jóvenes en el operativo. Su posteo de un león bebiendo “lágrimas de zurdos”, fue fiel a un estilo provocador, pero es inocultable que la movilización dejó al gobierno recalculando porque fueron ellos mismos los que dejaron el flanco abierto para la tremenda convocatoria. El gobierno, sin dudarlo, debería incluir la Educación entre los puntos del Pacto de Mayo. Una Argentina que deje atrás la decadencia necesita abrazarse a la educación que por suerte está en el ADN de su aspiracional de progreso. Mi hijo el doctor y la casa propia fueron motores entrelazados de un horizonte de progreso. El orden económico estable que el presidente promete sólo podrá devolver mayor creación de prosperidad si se anima a una revolución educativa. Por eso esta marcha también es una oportunidad.

La gran estrella de la impactante demostración pública fueron una vez más los jóvenes. Una vez más porque también fueron los que llevaron al poder a Javier Milei. Los menores de 35 años representan al 40% del padrón electoral. La política envejecida de la casta, pero también los liberales en el poder no deben olvidar el mandato de ese sector que se ha vuelto determinante en la sociedad y es el que en parte jubiló a sectores que no reconocen los cambios del mundo de hoy, que van desde las criptomonedas a pagar con billetera electrónica el pasaje de la SUBE.