"La desesperación de los Moyano es la misma de Cristina: asegurar impunidad"
Jueves, 20 Octubre 2022 10:43

"La desesperación de los Moyano es la misma de Cristina: asegurar impunidad"

Escuchá el comentario editorial de Cristina Pérez.

La desesperación de los Moyano explica muchas cosas. Ellos también se aliaron con el kirchnerismo en busca de su propia impunidad y el horizonte se ve con nubarrones. Cristina Fernandez puede asegurarse fueros siendo candidata a senadora y obteniendo un mandato por seis años. Ese incentivo es lo que la aleja de la conveniencia de pelear la presidencia a riesgo de quedar en la intemperie. Pero Moyano, sin cobertura del poder, la tiene mucho más complicada. La paritaria trabada en la que Pablo Moyano arrancó reclamando 131% de incremento, fue sólo la antesala de una amenaza que mostró hasta dónde cruje la alianza interna. Sin modales, luego del fallido día de la lealtad, les pidió a Alberto y Cristina que hagan algo y se dejen de joder.

Sólo ayer se supo la traducción real de esa ansiedad repentina que no tuvieron en todo este tiempo. La confesión vino de boca de su padre. “Con Pablo estamos convencidos de que si vuelve Macri vamos presos” dijo Hugo.

Lo que están anticipando los Moyano es lo que se disimula o se pospone en otros sectores del gobierno donde incluso aunque se de por descartada la derrota en 2023, se pelea por el liderazgo de lo que quede, en un partido de truco con disimulos, mentiras y agachadas. La interna repercute con una onda expansiva radiactiva a la “gestión” de gobierno si es que se puede llamar así. En las últimas horas, el gobierno le replicó a La Cámpora que no está caído el acuerdo con el Fondo. Cualquier distraído diría “pero che, si La Cámpora es el gobierno”. Dejar caer el acuerdo con el Fondo, es la misma presión que hacían en tiempo de Guzman. Están en juego los fondos disponibles que permite no cumplir con los objetivos y está en juego el plan tierra arrasada al que asuma en 2023. Mauricio Macri le dijo a Radio Rivadavia que este gobierno prepara una bomba macroeconómica peor que la de 2015.

Quién manda hoy en el gobierno. Aunque el Presidente y el ministro de Economía busquen asegurar que el acuerdo con el Fondo se mantiene, se ven obligados a negociar el presupuesto con la oposición y sólo basta ver los lineamientos de las medidas relacionadas con los precios para confirmar que aunque resisten, Cristina ganó la pulseada. A días de que dijera que no le gustan los congelamientos de precios porque no funcionaron, Sergio Massa debió aceptar que el Ahora 30 llegue con un congelamiento de 90 días. Y el secretario de comercio que asumió jactándose de que no iba a andar con el chipote chillón persiguiendo empresas anunció inspecciones en los comercios y quiere que los municipios, adivinen qué, que controlen precios. Congelamiento y controles de precios son exactamentes las medidas que reclamó por Twitter la vicepresidenta. Está claro quien manda y quien resiste. En los sectores económicos la pulseada los pone en guardia por más congelamientos. Y eso también tira para arriba los precios que buscan acolchonarse por si el rumor de un congelamiento general que tanto desmienten termina realizándose. La interna del gobierno multiplica la incertidumbre y termina de destruir cualquier expectativa. Es un gobierno sin rumbo porque no se ponen de acuerdo con el rumbo y como no se sabe quién terminará ganando la puja, todos se preparan para todo. En ese contexto de guerra larvada interna no hay plan que resista. Pero sobre todo como nadie puede responder qué pasará, y se toma recaudos para lo descabellado, es muy difícil pensar en una moderación del ritmo de la inflación y por lo tanto de la crisis.

La desesperación de Moyano es en definitiva un termómetro que se enciende a un año de las elecciones augurando una retirada que suma otro factor de conflicto en la presión sindical. Su cruce con Macri refleja una inquietud más profunda que las paritarias. La alianza de Moyano con Alberto Fernandez y los Kirchner luego de haber estado distanciado está basada en mantener un estatus quo que le permite mandar en la economía y que así describió el ex presidente:

“Moyano ha desarrollado un poder mafioso en el cual atropella a las empresas de logística, encarece todo el trabajo del transporte con beneficios para su gremio, para su familia, y todo eso termina en que todos los productos que compramos y pagamos todos los argentinos salen más caros, porque él está en el medio y no acepta trabajar dentro de la ley y tratar de ser competitivo”

Ese imperio fuera de la ley a pulso de patota es el que defiende Moyano. Que ya esté peleando con Macri, es el mejor termómetro de que da por perdidas las elecciones aunque falte un año para ese escenario. Un año que el país todo está viviendo como una larga agonía que el gobierno lejos de calmar produce con sus propias peleas encarnizadas.

¿Quién está en mejores condiciones de dar pelea al modelo que los Moyano representan en sintonía con el kirchnerismo? En la respuesta de esta pregunta se cifra la clave, de quién será candidato en la oposición.

Quien esta en mejores condiciones, Patricia u Horacio y la respuesta de Macri hasta donde dice que la sociedad va a elegir al que piense que está mejor parado.

Sea o no sea candidato, el ex presidente está marcando el tono del liderazgo y anticipando el perfil que apoyará si no es él quien finalmente se lanza. Lo que nadie puede perder de vista es que Moyano empezó por anticipado la guerra con el poder que viene y que lo mismo pasa en los sectores más duros del kirchnerismo. Porque Moyano en el fondo, presiona por lo mismo que Cristina: poder e impunidad. Sin votos propios, lo que te tira encima de antemano, es el camión.